La privatización de Nicaragua en una foto

La privatización de Nicaragua en una foto

Foto L. Navas - La Prensa
Foto L. Navas – La Prensa

 

La foto es de una oficina de la Direccción General de Aduanas de Nicaragua. Junto a la bandera nicaragüense, está la bandera del Frente Sandinista de Libaración Nacional, el partido de gobierno y también la figura del presidente Daniel Ortega. Nicaragua es junto a Venezuela un ejemplo notable de cómo los partidos en el gobierno, han privatizado para ellos las instituciones públicas, no sólo por medio de la colonización y sumisión de los organismos contralores, sino por la demolición de la independencia de los poderes públicos y el abuso ilegal de los recursos públicos para la promoción de las figuras del partido en el poder, como presidentes, primeras damas, gobernadores, alcaldes y diputados.

El desmontaje del Estado de Derecho ha pavimentado en ambos países una autopista hacia la corrupción y el despilfarro.





Escribe Carlos F. Chamorro, en el artículo “Transparencia Cero en Nicaragua

Al amparo de Petrocaribe y el Alba, el presidente Hugo Chávez acordó con Ortega un generoso convenio estatal de colaboración petrolera que le permite al país pagar el 50% del petróleo a 90 días, y el otro 50% se convierte en un crédito concesional a 25 años de plazo. Venezuela decidió que el deudor del crédito fuera la entidad privada Alba Caruna, una cooperativa controlada en última instancia por el presidente Ortega.

En consecuencia, en los últimos ocho años se ha producido el desvío de más de 3.000 millones de euros, originados en la cooperación estatal venezolana, hacia canales privados. Una especie de privatización anómala sin ninguna clase de ley, control público o rendición de cuentas, sobre un fondo equivalente a un tercio de los ingresos fiscales, que se maneja como un presupuesto paralelo al margen de toda supervisión estatal. Un porcentaje de estos fondos se destinan al clientelismo social y partidario, con gran rentabilidad política, pero la mayor cantidad desemboca en negocios privados. De hecho en 2010, Nicaragua le informó al FMI que el 62% de estos fondos se destinarían a proyectos con fines de lucro y solo el 38% a subsidios o donaciones sociales.

Basta con comparar la foto de la aduana en Nicaragua con lo que ocurre en Venezuela. Un paralelismo indudable, solo que que el caso venezolano y del Partido Socialista Unido de Venezuela, la privatización comenzó antes y la chequera que ha manejado es infinitamente más grande que la de Ortega y el FSLN. Ambas oligarquías han privatizado para ellas el país en el nombre de la “deuda histórica heredada”  (lapatilla.com)