Estamos siendo testigos de la agonía de un régimen que ha fracasado en todo, menos en ser una empresa fértil para el desarrollo de fortunas personales de muchos enchufados.
Todo esto ha traído una pérdida de legitimidad social y política. La muerte de Chávez agravó problemas preexistentes y abrió las compuertas para una sórdida disputa interna por el poder concebido como botín. La voraz corrupción, en la cual están involucrados altos oficiales de las Fuerzas Armadas, y la inmanejable inseguridad callejera, contribuyen a profundizar la sensación de caos e ingobernabilidad. Las torpezas y disparates de Nicolás Maduro no son más que la manifestación de deterioro de un régimen que disimula su vocación corrupta con consignas patéticas y ridículas sobre una supuesta guerra económica que, claro que existe, pero que ha sido generada por ellos mismos.
¿Cómo pueden ocultar lo que dicen sus propios colaboradores e incluso a través de sus propios medios informativos? Un sondeo de opinión realizado por Hinterlaces (donde siempre ganan los candidatos chavistas) arrojó que, para 64% de los consultados, el problema más grave del país en este momento es el económico. La mayoría alude a la escasez y a la inflación. Lo peor es que este estudio fue dado a conocer en el programa José Vicente Hoy. Al ser preguntados por el segundo problema más grave, 35% mencionó la inseguridad. De los consultados, 73% considera que el problema del desabastecimiento está empeorando y solo 21% opina que se está resolviendo. Sobre las acciones para enfrentar el problema de la inseguridad, 87% de los venezolanos cree que está empeorando, y 10% que se está resolviendo. La consulta hecha entre el 21 y el 27 de mayo fue de 1.200 entrevistas en hogares.
Seguramente, y quizá han logrado engañar a algunos de sus seguidores, van a seguir con la desgastada cantaleta de una guerra económica creada por ellos mismos al reprimir y perseguir a los empresarios y productores agrícolas y argumentando que son inocentes víctimas de un ataque frontal de la oposición.
Pero supongamos bajo una hipótesis irreal, que hay una guerra económica por parte de la oposición. ¿Tampoco la pueden ganar acaso? ¿Tan poca gobernabilidad tienen para dominar esta crisis? ¿Para qué se hacen llamar Gobierno sino gobiernan? Puras excusas. La guerra económica empezó cuando invadieron fincas productivas y las convirtieron en pajonales. Cuando acabaron con los cultivos organóponicos, el Banco de la Mujer, el Banco del Pueblo, los bancos comunales, los centrales azucareros que iban a construir los cubanos, las plantas de cemento que iban a construir los iraníes, las plantas de harina de maíz. Fueron ellos los que hablaron de la fábrica de pañales Guayuco, de los gallineros verticales, de las areperas socialistas, de los fundos zamoranos. ¿Quién controla la red de Mercal? ¿Quién expropio Industrias Diana? ¿O también es culpa de la Polar que la quebraran? ¿Quién llevó el dólar por encima de 400, Dolartoday? ¿Quién entregó 25 mil millones de dólares a empresas de maletín? ¿Leopoldo López es el culpable de eso también?
Lo que viene es peor. Las empresas siguen sin recibir divisas y todo lo tendrán que adquirir con dólares Simadi o de mercado negro, lo cual disparará los precios de todos los insumos.
Los argumentos del chavismo para detener a sus críticos no son nuevos, porque forman parte de la retórica de los autoritarismos de todos los tiempos, tal como se defienden todas las dictaduras, cerrando medios, persiguiendo a la disidencia y reprimiendo a quienes los adversan. Gracias a Dios falta poco para acabar con esta agonía de un régimen que se desmorona día a día. Mientras tanto quienes deseamos un mejor país seguiremos firmes en esta lucha cuyos frutos ya están por cosecharse por el bien colectivo de Venezuela.
@LesterToledo