La foto de la reunión del consejero del Departamento de Estado y el presidente de la AN de Venezuela es tremendamente reveladora, basta ver la cara lisonjera y adulante del Teniente Diosdado Cabello para sentir cierta pena ajena y constatar la absoluta carencia de escrúpulos de quienes se ufanan de ser revolucionarios. Y cuando uno se pregunta ¿de qué se reía Thomas Shannon en esa foto? inmediatamente lo imaginamos pensando: “tanta pendejada que hablan del imperio y aquí los tengo jalando bolas, con las dos rodillas en tierra”. No sabemos que hizo con el mazo pero allá estaba “con cara de oveja trasquilada”.
Los radicales de izquierda y derecha, en USA y en Venezuela, han exagerado las implicaciones de esa reunión. Un senador gringo advirtió que el encuentro pudiera legitimar a Diosdado Cabello, a quien señaló como “uno de los funcionarios más corruptos del régimen venezolano… bajo investigación por ser un capo de la droga”. La verdad es que esos graves señalamientos -formulados contra varios funcionarios del gobierno- no han sido respondidos de manera convincente por los indiciados.
Al contrario, su posición –y la del Estado venezolano- solo arroja mas sombras sobre el asunto al apelar al trillado expediente de la conspiración y evadir una investigación objetiva. En todo caso, todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario y si algo debemos recuperar es el sentido de la justicia, el cual no se lesiona porque un presunto indiciado asista con cara de “yonofui” a una reunión con su acusador. Más bien uno se pregunta ¿Por qué no aprovechó para demandar a Shannon tal como hizo con Teodoro Petkoff, con La Patilla o El Nacional?
Tampoco es cierto que una reunión “legitime” a quien por ser presidente del parlamento tiene cierta legitimidad de origen e indistintamente de su penoso desempeño, hay que reconocerlo como tal para propiciar una salida. Ninguna reunión legitima a nadie sino -guardando las distancias- recordemos a George Bush reunido con Manuel Noriega, antes de que el militar y dictador panameño fuera capturado por sus vínculos con el narcotráfico mediante una invasión militar, cosa que dista mucho de nuestro ideal de justicia, por cierto.
Mucho menos pensamos que Shannon se come los cuentos de estos personajes: algo aprendieron del ataque a Pearl Harbor, ofensiva militar ejecutada justamente cuando los japoneses adelantaban negociaciones de paz. La mentira no es nueva en la diplomacia. Además “estos” no cambian: el Teniente Cabello en su programa “Con el mazo dando” se limitó a decir que “la derecha se volvió loca” y recomendó “echarse cremita” a quienes están ardidos por su viaje.
Nadie aspiraba el mismo tono de respeto que mostró al consejero yanqui, sabemos de su vocación para descalificar e insultar, tampoco se esperaba una explicación sobre el objetivo y alcance de la reunión, lo cual es su obligación. En fin, por fortuna, Obama ha dicho claramente que su preocupación es la democracia en el hemisferio y una salida pacífica a la crisis, cosa que preocupa hoy a buena parte del planeta, de manera que cualquiera intuye que pasó en Haití, el país sabe que si alguien se bajó los pantalones, no fue Shannon. Es claro que son otros los que necesitan cremita…
Por Richard Casanova (*)
Twitter: @richcasanova
(*) Dirigente progresista / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.