Lapatilla
Observamos al mandatario Nicolás Maduro amenazar tomar las calles como presidente de la nación, en velado proceder de las Fuerzas Armadas Nacionales, para evitar ascender al poder por el favoritismo del pueblo en las elecciones parlamentarias del seis de diciembre a los oponentes lo cual permitirá iniciativas legislativas que toda mayoría realiza de pleno derecho.
Esto, lo cual ya escuchamos en anteriores concursos a su antecesor Hugo Chávez, es una bravuconada que lejos de fortalecer su condición de jefe político del gobierno, demuestra un temor inocultable a la derrota que denota sufrirá.
Exigir acuerdos previos de reconocimiento a lo que decida el árbitro, violentar el estado de derecho con resoluciones casuales, estimular la creación de leyes sin la rigurosidad de procedimiento exigido en el reglamento de debates en la Asamblea Nacional, ingresar a las sesiones del cónclave a mercenarios para causar daño físico a los miembros de la oposición, son conductas harta conocidas.
Como muestra les indico algunos acontecimientos del pasado de dudosa actuación por rectores de evidente militancia pro gubernamental donde la antítesis resultó burlada.
Referéndum Revocatorio del Mandato
La realización del Referéndum Revocatorio del mandato conferido en las urnas a Hugo Chávez Frías en el 2004 fue el inicio de una serie de hechos administrativos por parte de la mayoría írrita del régimen. Las frustraciones se suscitaron a partir de la presidencia de Francisco Carrasquero.
La polarización política reinante y las encuestas previas indicaban la salida del barinés. La oposición cantó el triunfo de la jornada a pleno día, mientras Carrasquero declaró ganador a Chávez en penumbra mientras la población aun dormía.
Esta actitud arrojó numerosas dudas sobre todo la negativa a un nuevo escrutinio. Los liberales ex presidentes James Carter y Cesar Gaviria ante las amenazas de Chávez, quien posee las armas, le dan a este el visto bueno como triunfador. Rechazaron existiese defraudación como indicaron los oponentes, para abandonar luego Venezuela. Los poderes secuestrados políticamente descalifican un reconteo.
Ley Orgánica de Procesos Electorales.
Esta fue aprobada sin la participación exigida para documentos de carácter fundamental en el 2009 ante la protesta de adversarios cuyos miembros se ausentaron del hemiciclo. El Tribunal Supremo de Justicia dominado por el gobierno negó cualquier iniciativa en contrario y el Poder Electoral con mayoría calificada militante del comunismo la abrazó sin chistar.
Tal legajo cambió la representación numérica de integrantes del parlamento de igual voto igual escogencia, por la de la proporcionalidad que no fue otra intención que sumarle diputados a circunscripciones donde el izquierdismo extremo es minoría. En consecuencia, el antagonismo logrando mayoría de las papeletas, no fueron cuantitativamente superior en el seno congresional. La voluntad popular fue desvirtuada.
Henrique Capriles Radonski se declara ganador en el 2013
Otra de las actuaciones históricas del CNE venezolano son los comicios donde el candidato Henrique Capriles Radonski se declara vencedor en la justa con Nicolás Maduro. A pesar de la solicitud de una exhaustiva evaluación legal del proceso por UNASUR y Capriles, la mayoría rectoral roja solo la realiza parcialmente sentenciando un resultado adverso al mirandino aspirante.
Los burócratas se limitaron a evaluaciones cosméticas que no arrojaron operaciones creíbles. La confrontación de las actas en poder de los testigos de mesa electiva con los cuadernos de votación demostrarían la burla, pero los decanos se negaron a ello. El Registro Electoral Permanente esta viciado y el esclarecimiento de su indiviso contenido es vital para identificar nombres simulados.
Han sido muchos los comicios realizados de dudoso resultado, estos son algunos de los mas emblemáticos.
No hay fórmulas de coincidencia con los actuales árbitros designados contrario al precepto; solo obedecen a Maduro Moros hoy como a Chávez ayer.
La actual dirección reelecta está allí para santiguar al candidato del gobierno y descalificar cualquier tendencia contraria aun siendo esa la voluntad del sufragante.
La nominación de responsables independientes, una profunda auditoria y saneamiento del Registro Electoral Permanente, evaluación de las maquinas de sufragio en cuanto a su doble funcionalidad, estudiar volver al sistema manual y la presencia de testigos internacionales institucionales , son algunos puntos a ser tomados en cuenta para garantizar la pulcritud del sufragio.