Los mercados del Viejo Continente sufrían a media sesión fuertes descensos, cercanos al 4 %, afectados por la eventual salida de Grecia del euro si no se alcanza algún tipo de acuerdo sobre el rescate y los ciudadanos del país votan el domingo a favor de la ruptura con Europa.
A las 13.00 horas, el selectivo español sufría un descenso del 3,90 %, en tanto que el MIB de Milán se dejaba un 3,92 %, el DAX de Fráncfort, un 3,59 %, y el CAC de París, un 3,62 %. Más moderada era la caída del FTSE de Londres, del 1,80 %.
La situación en Europa reproducía lo ocurrido hoy en las principales bolsas de Asia, que cerraban con fuertes pérdidas, que alcanzaban el 2,88 % en Tokio, su mayor caída del año, el 3,34 % en Shanghai, y el 5,70 % en Shenzen.
En todos los casos eran los bancos los que tiraban hacia abajo de los índices, temerosos de las consecuencias que puedan derivarse de la ruptura de las negociaciones sobre el rescate griego.
En España, el Banco Popular se dejaba en torno al 6 %; en Francia, Crédit Agricole y BNP caían más del 5 %, y en Alemania, Comerzbank y Deutsche Bank sufrían también descensos de esa magnitud.
A pesar de que la banca es el sector más castigado hoy en bolsa, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha insistido en rueda de prensa en que actualmente las entidades españolas “no generan ningún tipo de duda” y su situación es “completamente diferente” a la de hace tres años gracias a las reformas acometidas.
De Guindos sostiene que “nunca habíamos estado tan preparados para estas circunstancias que generan volatilidad e incertidumbre” en los mercados, al tiempo que ha recordado que la exposición de España a Grecia es de 26.000 millones.
Aún así, ha reiterado que España quiere que Grecia continúe en el euro y ha dicho que “todavía hay tiempo para negociar” porque el programa de rescate expira en la medianoche de este martes.
“Lo mejor, no tengan la más mínima duda, para la sociedad griega es seguir siendo parte de la zona euro”, ha añadido De Guindos.
También el mercado secundario de deuda reflejaba el miedo de los inversores a una situación nunca vista antes, y las primas de riesgo de los países periféricos mostraban esta inquietud.
La prima de riesgo de España llegaba a superar los 180 puntos básicos, pero se estabilizaba después en torno a 145; la de Italia se elevaba a 154, y la de Portugal, a 217, en tanto que la de Grecia se disparaba por encima de 1.300 puntos básicos. EFE