Las monjas del convento de las Carmelitas Descalzas entregaron al arzobispado de la capital paraguaya 500.000 hostias para ser consagradas por el papa Francisco en las misas que celebrará durante su visita al país. AP.
“Casi dos meses nos llevó cocinar las 500.000 hostias y personal del arzobispado las llevó totalmente para que el Santo Padre las consagre en las misas”, dijo el viernes a The Associated Press una monja identificada como María.
La charla con la religiosa no fue convencional: el periodista de The Associated Press fue atendido en la recepción del convento de clausura, en el barrio Carmelitas de Asunción, a través de una ventana giratoria sin vidrio.
Del otro lado de la ventana una suave voz femenina contestó con amabilidad las preguntas, no sin antes aclarar que la entrevista sería brevísima.
La hermana María relató que bajo la dirección de la madre superiora Yolanda de Jesús estuvieron fabricando 70.000 hostias diarias en la panadería del establecimiento religioso.
Las hostias tienen tres centímetros de diámetro y se utilizó harina de trigo para su fabricación.
La monja dijo que para las misas celebradas en 1988, durante la visita del entonces papa Juan Pablo II, también cocinaron las hostias pero no pudo precisar la cantidad.
En tanto, Mariano Mercado, jefe de prensa de la organización eclesiástica de la visita papal, autorizó a AP a visitar el almacén donde están depositadas las hostias en bolsas de plástico, dentro del antiguo edificio del Seminario Metropolitano de Asunción.
El monasterio de las Carmelitas Descalzas fue fundado en la capital paraguaya en 1951 tras el arribo desde Montevideo de unas cinco religiosas uruguayas.
En la actualidad, las carmelitas tienen claustros en Caaccupé, Encarnación y el pueblo Benjamín Aceval.