Eran las 7.00 de la mañana cuando los vecinos del barrio Villa Canaán, en la vía a El Bajo, hallaron a John Henry Boscán Pereira, de 31 años, dentro de una cañada con la cabeza destrozada. A su lado, su asesino abandonó el bloque ensangrentado con el que lo atacaron. Antes de propinarle el golpe de gracia, al hombre le cortaron las orejas. La Verdad
Boscán, aunque no era de la invasión, si fue reconocido como un habitante del barrio San Benito del municipio San Francisco, que colinda con el lugar del crimen. Los vecinos indicaron que durante mucho tiempo estuvo ausente de la zona, pero desde el pasado fin de semana regresó a las calles de su terruño, procedente de Mara donde estuvo internado en el Hospital Psiquiátrico de la Sierrita junto con un hermano gemelo.
El cuerpo estaba en medio de una poco profunda y árida quebrada, cerca de una trilla que usan los habitantes del sector para salir hacia la vía a El Bajo. Quienes acabaron con su vida no ocultaron el cuerpo, por lo que era fácil toparse con él. El daño en su cabeza y la piedra a su lado hacía presumir a los detectives que el asesino dejó caer el bloque sobre el occiso. Todo esto después de sostener una riña con al menos dos personas.
Un allegado a su familia explicó que Boscán era esquizofrénico y sufría retardo mental. Mientras que su gemelo sufría de autismo. Señaló que el pasado sábado escapó del centro asistencial donde era tratado. “Ya lo habían visto por aquí caminando, conversando y fumando cigarros con los vecinos”. Los habitantes de la invasión creen que sostuvo una riña con un consumidor de droga, debido a que el lugar donde lo hallaron es el sitio donde jíbaros del sector se reúnen.
El gemelo del ultimado aún está recluido en el psiquiátrico, acotó el pariente. Hasta ahora la Policía científica no tiene claro el móvil del crimen. La Pidra ensangrentada la trasladaron a la sede del cuerpo detectivesco para practicarles las experticias pertinentes al caso.