El papa Francisco tendrá el lunes un almuerzo íntimo en Guayaquil junto a 22 jesuitas que viven en diversas ciudades de Ecuador, quienes han sido convocados al colegio Javier, un referente jesuita de la educación católica de esta ciudad portuaria.
Quien tendrá el honor y la responsabilidad de cocinar es Ángela Guamán, de 47 años, que trabaja en la cocina del colegio hace 13 años.
Los ensayos para una comida tan especial, quizá la más importante de su vida, han sido minuciosos para que todos los platos queden a la perfección.
“Estoy emocionadísima. Cocinar para el Santo Padre será la mayor bendición en mi vida”, dijo a The Associated Press.
Añadió que “si pudiera pedirle algo, sería que rece por los jóvenes ecuatorianos y los políticos de este país”.
El menú especial estará integrado por ceviche de camarón y consomé de gallina criolla, como entrada, mientras el plato fuerte será de pescado robalo y como postre frutas, que en cualquier época del año son abundantes en Ecuador.
Aunque el papa estará entre amigos y en un colegio jesuita, los servicios de inteligencia militar han recorrido el plantel educativo en la semana previa a la visita de Francisco para garantizar que todo esté en orden. Los lugares más inspeccionados han sido la cocina, el comedor y la habitación donde el pontífice descansará por 30 minutos.
Francisco ha estado en el colegio Javier de Guayaquil en dos ocasiones anteriores. La última, a inicios de la década de 1980. Su primera actividad allí este 6 de julio será una oración en la pequeña capilla de ocho asientos, donde también lo acompañarán los jesuitas con los que luego almorzará. AP