La oposición venezolana ha superado exitosamente el proceso de conformación de una alianza perfecta para concurrir unitariamente a los comicios electorales del 6 de diciembre. El escollo presentado luego de realizadas las primarias de tener que equilibrar paritariamente las listas con la participación de la mujer, será mucho más sencilla de superar para el lamento del oficialismo. Queda pendiente un obstáculo: la tarjeta unitaria.
En anteriores ocasiones he manifestado mi distancia con esa fórmula. He sostenido la importancia de los partidos políticos y la necesidad de todo lo que con ellos se identifica sea debidamente valorado, sin embargo, los tiempos que transcurren no son normales y bien vale la pena adecuarse para acercarnos lo más posible a los objetivos perseguidos.
La tarjeta unitaria permite comprometer a todos los partidos en la realización de una campaña en la que sus esfuerzos se centren en una sola tarjeta, y que, al menos por lo pronto, el deseo de favorecer una particular tarjeta de partido, queda postergada para otros eventos comiciales. Las circunstancias que vive el país requieren que todos los integrantes de la MUD remen hacia una misma dirección, pero también que dirijan su destino en un mismo barco.
En la búsqueda de una política coherente de cara al proceso electoral, si en efecto quiere darse una sensación real de unidad, debe actuarse de tal manera que el conjunto de los integrantes de la alianza no desentonen en la promoción de un mismo mensaje, de una misma idea, de un mismo objetivo. La unidad democrática debe desempeñarse como los integrantes de una orquesta, cada quien tocando un instrumento y hasta una nota distinta pero que, la interpretación simultánea de todas ellas, constituyen una verdadera armonía: una unidad armónica.
La tarjeta unitaria viene a significar una voz, un objetivo, la identidad-instrumento en torno a la cual deben agruparse quienes participan en la MUD, para así satisfacer la demanda que el país democrático está reclamando para expresarse en los comicios parlamentarios, de modo que, no podrían los partidos políticos de la MUD hacer otra cosa que la de dar las mayores muestras unitarias que el país exige.
Ya el gobierno sabe de las potencialidades que supone la tarjeta unitaria. Francotiradores desde Carabobo se prestan para tratar de montar una conflagración con el TSJ para impedir que la oposición pueda agruparse en una sola tarjeta, como ya antes lo había hecho. Esta viene a representar la mayor evidencia de las morrocutudas debilidades del oficialismo, y de la enorme posibilidad que tiene la oposición de ganar con cierta amplitud el próximo 6 de diciembre.
Esperemos que aquellos a que aun mantienen dudas y que siguen sin tomar una decisión favorable, entiendan que estos no son épocas de vacilaciones. Demasiado tiempo se ha perdido nutriendo egos particulares y personalistas que colocan a un lado el interés nacional.
@leomoralesP
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