En un arrebato de bravura el usurpador anunció que si la oposición ganaba las elecciones para la asamblea, saldría a la calle a defender la revolución. Son muchas las cuestiones que involucra la desacertada frase. La primera de todas, desde luego, el irrespeto por parte de la revolución a la constitución y a la regla que ella recoge según la cual, la soberanía reside en el pueblo.
Esto no es un concepto nuevo. En el libro “Estudios sobre la Constitución” una obra en tres voluminosos tomos, editado en 1979 por la UCV como Homenaje a Rafael Caldera, el profesor de la Universidad del Zulia José Manuel Delgado Ocando (q.d.) expuso su tesis marxista según la cual “la revolución está por encima de la constitución”. Delgado Ocando sería con la promulgación de la nueva constitución llevado inmediatamente a integrar la sala constitucional del recién creado tsj. Sería apropiado decir “zamuro cuidando carne”, pues es obvio que el doctor Delgado no encontraría, y desde luego no encontró, en los actos revolucionarios del gobierno que lo elevaba a la magistratura suprema, violación alguna de la constitución, por muy gruesa que esta fuera.
En un segundo orden de ideas queda reflejada en la frase el irrespeto por la igualdad constitucional. Un gobierno que reprime toda manifestación en su contra empleando incluso los medios que la constitución prohíbe usar, anuncia que se lanzará a la calle no para reclamar derechos conculcados, sino para hacer prevalecer contra la voluntad del soberano, la voluntad propia, lo que no es otra cosa que el anuncio de un golpe de estado para defender lo que el usurpador llama revolución, que solo lo es en el sentido mecánico del término, gira sobre sí misma y no le ha traído al país avance en ningún orden. Por el contrario se retrocede en todo.
Es desde luego parte del irrespeto a la igualdad pero merece ser destacado por separado, el doble patrón de medida de un ser incapaz de percatarse de la contradicción en que incurre cuando le pide a la oposición que se comprometa a respetar el resultado que sus colaboradores anunciarán, mientras que él mismo quizá anticipando la imposibilidad de que sus colaboradores puedan alterarlos, declara que se alzará si le son adversos.
Sin embargo, lo más notorio de ese arrebato de bravura que aquí denuncio es que se trata de eso. De un arrebato. El usurpador no sale a la calle ni de vaina. Saldrán los colectivos y las fuerzas del orden.
Caracas, 8 de julio de 2015