El presidente de Guyana, David Granger, defendió hoy que la insistencia del país en la protección de sus tierras y el espacio marítimo no es una agresión contra Venezuela, y consideró que el decreto aprobado por su país vecino, en relación a la disputa por la región del Esequibo, sí es “un acto de agresión” contra su Estado. EFE
Durante una intervención en el Parlamento de su país transmitida por internet, Granger insistió en que el último decreto de Venezuela no respeta la integridad territorial de Guyana.
En su opinión, en realidad no hay diferencia material entre el Decreto 1787 emitido el pasado 26 de mayo y el Decreto 1859 emitido el 6 de julio por Venezuela.
“Mientras que el nuevo Decreto 1859 no contiene las coordenadas del Decreto 1787, sí contiene una descripción general de todas las zonas de defensa con la descripción de las regiones oriental, central y occidental restantes compatibles con las versiones anteriores del decreto”, defendió.
Entre los asistentes a su alocución se encontraban responsables del Ministerio de Relaciones Exteriores; Bryan Hunt, de la embajada de EE.UU. en Guyana, el jefe de la Policía local, Seelall Persaud, y el jefe adjunto de las Fuerzas Armadas de Guyana (GDF), Khemraj Persaud.
Granger, un general retirado y exjefe de las GDF, señaló que el nuevo decreto de Venezuela “crea ‘zonas de defensa’ en las que operaciones de defensa integral deben ser planificadas y ejecutadas”.
“Esta parte sigue siendo ofensiva a Guyana. Es como un ‘hueso en la garganta’ ya que el uso de la fuerza en estas áreas sigue siendo una amenaza”, dijo el mandatario, quien criticó que se describa parte del territorio marítimo de su país como una “zona de defensa de la República Bolivariana de Venezuela”.
Según dijo, el decreto pretende bloquear completamente el acceso de Guyana a su zona económica exclusiva y mientras que extiende su área de soberanía, incluyendo incluso parte del espacio marítimo de Surinam.
Tales acciones, dijo el presidente de Guyana, violan el Acuerdo de Ginebra, que prohíbe la reivindicación de un nuevo territorio mientras que el acuerdo esté vigente.
“Puesto que somos una nación amante de la paz, no vamos a permitir que nuestra integridad territorial sea amenazada o violada”, dijo.
En ese sentido, insistió en que Guyana no tiene interés o intención en ser agresivo con Venezuela, un país cuatro veces mayor que el suyo, con una población más de cuarenta veces superior, según recordó, y con unas fuerzas armadas veinte veces más potentes.
“¿Cómo puede Guyana lanzar una agresión contra Venezuela?”, se preguntó Granger, quien reiteró que en el corto plazo Guyana continuará con sus esfuerzos diplomáticos para lograr que todas las amenazas sean retiradas y en el largo plazo se encuentre una solución legal al conflicto.