¿Votar para atornillar una dictadura o votar para rescatar la democracia? He allí el dilema, como diría un Hamlet trasformado en elector en este drama teatral en que han convertido lo electoral en Venezuela.
Ya desde hace mucho había decidido que no contribuiría a atornillar una dictadura en Venezuela (ver Porque no les daré mi voto en http://ticsddhh.blogspot.com/
La oposición oficial vendió, como nos ha vendido en todos los procesos electorales desde el 7-O/2012, que arrasaríamos en las elecciones y que superaríamos ese punto donde era “imposible” que el régimen a pesar de todas sus trampas nos ganara. Y la gente cumplió. Yo cumplí, a pesar de todas mis dudas razonadas técnicamente en esta pequeña tribuna que me da la Red.
Pero la oposición oficial no cumplió con su parte. No defendieron el voto a pesar que la gente estaba dispuesta a hacerlo después del 14A/2013, cuando a todas luces el gobierno perdió las elecciones. Henrique Capriles, en el peor error histórico de su vida política, llamó a tocar cacerolas y bailar salsa. Y a pesar de no haber exigido un mínimo de condiciones electorales, la gente de nuevo salió a votar, porque esa es la única arma que tiene el ciudadano para cambiar las cosas. Y el régimen de nuevo se robó las elecciones, como lo ha hecho consistentemente desde el año 2004, año en el que estrenaron la automatización del escrutinio y el voto electrónico.
Por más que uno les explique a los políticos venezolanos que esta manera de contar los votos es tramposa (ver La trampa del Voto Electrónico: De Escrutinios Manuales a Escrutinios Automatizados en http://ticsddhh.blogspot.com/
Entonces, la lógica indicaría a estas alturas que nadie puede ser tan estúpido o criminal para no comprender lo que todos los técnicos han sugerido consistentemente y que públicamente se ha reseñado (ver Carta abierta a la sociedad democrática venezolana ante el llamado a Elecciones el 14 de Abril de 2013 en http://www.gopetition.com/
No puedo dejar de mencionar que hasta el día de hoy, ninguna de estas exigencias al CNE se ha cumplido, agravándose significativamente el cuadro para ir a unas nuevas elecciones el 6 de Diciembre de 2015. Lo único diferente en el país es que los venezolanos estamos exponencialmente más arruinados que el año 2013, y que el único elemento que esgrime la oposición oficial, es que “esta vez sí ganaremos” las elecciones porque el gobierno lo ha hecho extraordinariamente mal, acabando con la calidad de vida de los venezolanos.
Este argumento que bien podría funcionar en un país “normal” con unas elecciones periódicas que sacan a un gobernante por esas mismas razones, estaría muy bien, pero en las actuales condiciones electorales le puede costar a Venezuela su siguiente decepción masiva el 7 de Diciembre, fecha donde oiremos de nuevo el rosario de excusas de nuestra representación opositora indicando que otra vez el gobierno “abusó” de su condición pero que lo seguiremos intentando porque “somos demócratas y creemos en el voto”.
Mientras tanto, miles de venezolanos, especialmente los más jóvenes, estarían en ese momento definitivamente convencidos que su única salida es el aeropuerto de Maiquetía “porque de esto no saldremos nunca con votos”, volviendo a repetir el circulo vicioso electoral, donde cada vez los opositores seremos menos (ya han salido más de millón y medio de personas del país, Estudio de la Comunidad Venezolana en el Exterior, UCV-Infografía de El Universal, https://twitter.com/
En esta nota no pretendo decirle a nadie que no vote, esa es la prerrogativa y el derecho de cada quien, y es una decisión muy personal. Pero vean porqué lo hacen y en qué condiciones, exigiendo activamente las responsabilidades del caso si por quienes votaron no hacen respetar la voluntad que el pueblo les confió con su voto.
El voto no puede ser solamente el endoso ciego que un ciudadano le da a un político. Es una responsabilidad que se comparte con el votado. Es un acto que tiene dos caras. Eso fue lo que no entendió Henrique Capriles cuando mandó a cacerolear y a bailar salsa. El tenía la RESPONSABILIDAD de esos votos que la gente le dio y simplemente la ignoró. Los ciudadanos que votaron por él no se la cobraron debidamente, al punto que todavía pretende ser “presidenciable”. Ya es hora de exigir esa responsabilidad.
¿Y cómo se exige? Pues bien, si la oposición oficial indica-como ahora-, que “ganaremos las parlamentarias” incluso ¡con mayoría!, sin exigirle nada al CNE, aceptando todas las marramucias que Tiby y su corte les de la gana poner, solo por la confianza de que ganaremos de calle porque la gente hace cola en los supermercados, entonces deberían estar dispuestos a renunciar en masa a su eterna condición de dirigentes de la “oposición” si esa victoria no se concreta. ¿No les parece justo?
Si esa derrota ocurre, al menos nos sacaríamos de encima a quienes han conchupado con el régimen para que este permanezca, dándole paso a otros que hagan el siguiente intento. Se convocarían de inmediato a unas elecciones nacionales de todos los sectores opositores para elegir nueva dirigencia de la oposición, con la responsabilidad de rehacer la estrategia en contra del régimen porque definitivamente la dirigencia actual no da pie con bola, y desde hace varias elecciones. Así pues, si Ud. va a votar, cuando lo haga sepa lo que hace en toda la extensión de la palabra y esté dispuesto a exigir luego del resultado, ejerciendo la otra cara del voto, porque si no lo hace estará de nuevo atornillando a una dictadura.
Caracas, 11 de Julio de 2015
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