El aumento sostenido de los precios y la consecuente pérdida del poder adquisitivo nos está afectando a todos, sin distinción de ningún tipo, no importa ideología política, ni sector socio económico al cual se pertenezca, ni siquiera la elite boliburguesa ha logrado escapar de los efectos de la inflación. No existe defensa financiera que valga.
Todos sufrimos los embates causados por la disparatada política económica del gobierno, pero sin duda, donde mayor impacto ha causado es en las clases más desposeídas y en la clase media asalariada.
El economista y premio Nobel, en esa materia, Milton Friedman, explicó de formaba sensilla pero contundente que la inflación es “un impuesto sin legislación”.
En Venezuela el salario mínimo, a partir del 1 de julio se ubicó en 7421,20 bolívares mensuales, lo que equivale a 12.37 dólares, calculado a la tasa del mercado paralelo del día que se escribe este artículo (seguramente, cuando usted lo lea ya será menos) o a 37 dólares, calculado a la tasa SIMADI, que es prácticamente imposible de obtener. Es el salario mínimo más bajo de la región, sería mejor decir que es un mini salario.
Hoy un café cuesta 120 bs, casi la mitad del salario diario, el precio de un cartón de huevos equivale a dos días de trabajo y los precios regulados de artículos de primera necesidad solo se consiguen en la Gaceta Oficial, porque para poder adquirirlos hay que pagar hasta cinco veces ese valor.
Quienes somos padres, enfrentamos este mes el dilema de decidir qué dejaremos de pagar para poder comprar los útiles escolares. Trataremos de bajar ruedos y “salvar” lo más que podamos de los uniformes del año pasado, porque el mes que viene tendremos que comprar zapatos y todo lo que nos falte para poder garantizar que nuestros hijos puedan ir a sus escuelas medianamente dotados.
El Banco Central de Venezuela, violando su propia normativa, no publica estadísticas ni cifras oficiales, tratan de ocultar la magnitud de la crisis económica, sin embargo expertos en el tema, y todos los venezolanos sentimos en nuestros bolsillos, que la inflación está por encima de los tres dígitos.
Vamos por el camino equivocado, una economía sana y la estabilidad de los precios es tan necesaria en un país como un sistema de salud eficiente, el control de la seguridad ciudadana, o un sistema educativo incluyente y de calidad.
El gobierno está empeñado en exacerbar el nacionalismo y no atina en entender que la verdadera defensa de la patria la haría concentrándose en resolver los problemas más sentidos del país. Ante esta crisis no actúa, esta inmóvil, esperando a ver qué pasa….si pasa algo
Un gobierno serio debería tomar medidas inmediatamente, en realidad debió haberlo hace tiempo, y evitar que esta hiperinflación, que nos empuja aceleradamente al empobrecimiento, siga en ascenso
@judithsukerman / [email protected]