Todas las encuestas nos dicen que contamos con el mejor escenario que hemos tenido ante un proceso electoral. La intención de voto a la Unidad supera entre 15 y 30 puntos al oficialismo, el 70% de los venezolanos percibe negativamente la situación nacional, y las explicaciones absurdas como “la guerra económica”, dejaron de ser creíbles para la mayoría. En estas circunstancias muchos se inclinan a pensar que el voto castigo es el factor para triunfar en las venideras parlamentarias.
A la hora de planificar una estrategia ganadora para el 6-D es importante tener en cuanta dos factores: estamos ante un Estado secuestrado por un grupo que hará todo lo posible por mantener sus cuotas de poder, y por otro lado, la esperanza siempre ha sido la mejor motivación para que los electores salgan masivamente a votar por un sueño, y no solo en contra de algo.
El primer factor es evidente, todos los Poderes Públicos actuarán para que el madurismo obtenga una victoria a costa de los que sea, utilizarán todos los recursos del Estado en su campaña, arroparán el espectro radioeléctrico, entre otros trucos a los que han recurrido los últimos 16 años. Para contrarrestar esto es necesaria una participación masiva de los venezolanos, de manera que las trampas se queden cortas, y la victoria esté asegurada.
Para alcanzar el voto masivo de nuestro pueblo este diciembre, es necesario darles un razón más fuerte que la de castigar al gobierno, existe la convicción popular que la responsabilidad de la crisis que vivimos es de quienes gobiernan, pero en la historia de los procesos electorales no existe mejor motivador que la esperanza, se moviliza mayor cantidad de personas a favor de un proyecto que entusiasme y dibuje un futuro posible, que llamándolos a rechazar una realidad que todos conocemos.
La Campaña de la Unidad debe hablarnos de un programa para vivir en un país de 10 marcas por cada producto, donde caminar por las calles no sea una aventura riesgosa, sino parte de la recreación cotidiana, un presupuesto justo aprobado por una nueva AN que vaya dirigido a las necesidades de las mayorías y no de un pequeño sector; dibujar en la mente de los votantes un país de libertades políticas, económicas y sociales que podemos obtener con el triunfo en este proceso electoral. Es esa ilusión en un futuro mejor, lo que logrará arrastrar a millones de personas a favor del cambio, y es en eso que debemos trabajar quienes luchamos en la Unidad.