El ministro de Información de Brasil, Edinho Silva, admitió en una entrevista publicada hoy por el diario O Globo que el clima político en el país es “difícil” debido a las continuas denuncias de corrupción y las discordias entre el Gobierno y el Parlamento.
“Basta con ver que hay personas presas del partido que lidera el Gobierno” de la presidenta Dilma Rousseff, indicó Silva, en alusión al extesorero del Partido de los Trabajadores (PT), detenido por su supuesta implicación en las corruptelas detectadas en Petrobras.
Las denuncias por ese caso, que se investiga desde hace un año y medio, recaen sobre decenas de empresarios y medio centenar de políticos, que en su mayoría pertenecen a la base parlamentaria que respalda al Gobierno.
Este viernes, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, uno de los salpicados por el asunto y dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el principal aliado de Rousseff, anunció su ruptura con el Gobierno y su decisión de pasar a las filas de la oposición.
Cunha aclaró que su postura es “personal”, pero en los círculos políticos se conjetura que pudiera ser seguida por otros jerarcas del PMDB, que lidera el vicepresidente brasileño, Michel Temer.
Silva, sin embargo, consideró que el PMDB no se ha planteado abandonar el Gobierno y que “al margen de contradicciones entre sus líderes, seguirá cumpliendo su papel histórico” en el “proceso de desarrollo de la nación”.
Silva dijo que “es innegable” que Brasil pasa por un “momento de turbulencias” y que la magnitud de las investigaciones sobre el caso Petrobras “no es bueno para ningún país”, pero aseguró que a pesar de ese clima el Gobierno de Rousseff no se ha paralizado.
También descartó que diversas iniciativas de sectores opositores en favor de un posible juicio político contra Rousseff tengan alguna posibilidad de avanzar.
“Un Gobierno no puede ser enjuiciado por la vía de la lucha política. Es necesario que haya algún tipo de materialidad jurídica” que implique a Rousseff en actos de corrupción y eso “no existe”, aseguró Silva.
Según el ministro, “si alguien quiere gobernar, tiene que esperar hasta las próximas elecciones” y “respetar” las vías institucionales que ofrece “el régimen democrático sólido que tiene Brasil”. EFE