Las investigaciones de la Comisión de Expertos del Vicerrectorado Académico, integrada por Tulio Ramírez, Ruth Díaz Bello, Audy Salcedo, Amalio Sarco Lira, Jesús González, Inírida Rodríguez, Maitee Toro y Carlos Falcón, en conjunto con el equipo de nuestra Asesoría Jurídica compuesta por Mervin Ortega y colaboradores, permiten describir las cuatro características del proceso engendrado en los cenáculos del confiscado y militarizado Consejo Nacional de Universidades. Las listas de bachilleres asignados por la OPSU a en el ámbito nacional son ilegales, injustas en lo académico, inauditables y perversas.
Persiguen infiltrar las valerosas bases estudiantiles de los centros universitarios autónomos en las que se vive en libertad, innovación y pluralidad y, a la vez, con la raíz impregnada de mala fe, someter a miles de bachilleres de muy precaria formación, mayoritariamente de la Misión Ribas, al rotundo y prematuro fracaso en la aulas universitarias mientras simultáneamente preparan nuevas rondas de “difamación e injuria” para culpar a nuestras universidades y sus autoridades rectorales y de decanatos, como promotores y ejecutores de cercenar el futuro y las esperanzas de la juventud venezolana revolucionaria.
He de ser más claro aún al denunciar ante la nación, sus familias y sus hijos que esta estrategia de lesa educación considera impulsar el enfrentamiento entre los estudiantes de nuestras Alma Mater, agravando con mayor intensidad el colapso nacional que padecemos los venezolanos y así perpetrar cualquier acción que impida concretar la demoledora paliza electoral que la dictadura de Maduro Moros sufrirá el 6 de diciembre. El mundo democrático nos respalda y exige, sin cesar, garantías electorales, cuadernos de votación y observación institucional que son irrenunciables.
Son momentos decisivos. La sobrevida de nuestros docentes y de las valiosas nóminas administrativas está en peligro. Como millones de conciudadanos hemos perdido la República, nuestras garantías socio-económicas, la calidad de los ambientes y dotaciones académicas, y rogamos a la providencia por llegar a salvo a nuestros albergues. Desde este espacio alertamos ante el salvaje engaño de la Convención Colectiva II y reiteramos el llamado a rescatar las normas de homologación y reiniciar la lucha por nuestras propias tablas salariales sometidas al CNU en diciembre de 2014.
Hemos de recurrir a la profundización de la resistencia cívica. Contamos con un sólido liderazgo rectoral. La mayoría absoluta del Consejo Universitario de la UCV ha hecho su trabajo. Nunca hemos negado que acertamos y erramos. Pero han de reconocerse los siete años de invariable voluntad en defensa de nuestra autonomía, y de innovar y luchar. Invito una vez más a “tomar” nuestros campus, pasillos, puertas, anfiteatros, en todas las sedes y que las otras universidades hermanas hagan lo mismo. Unidad y presencia con firmeza y determinación hace de la universidad un corazón imbatible
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Nicolás Bianco es Doctor y Vicerrector Académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV).