No les interesan los museos, los monumentos, la naturaleza o la gastronomía. O, al menos, no tanto como su objetivo principal: irse de compras a tiendas de lujo. Esa es la radiografía del turista chino que llega a España -unos 300.000 visitantes anuales- según el último informe realizado por Nielsen, consultora internacional líder sobre compras y consumo, y que disecciona un sector que mueve 5.400 millones de euros al año en el país, con un crecimiento del 7 %. Lavozdegalicia.es
Con el sugerente nombre de «la nueva Ruta de la Seda» -desandan los 9.000 kilómetros de Marco Polo-, los especialistas explican el fenómeno que se esconde tras los autobuses exclusivos y estridentes de los que suben y bajan turistas chinos en viajes diseñados específicamente para comprar lujo. Y el filón no deja de crecer, ya que los ciudadanos del país asiático han multiplicado por seis sus viajes al exterior desde el año 2002 y su gasto en compras se ha incrementado casi un 20 %.
Pero este consumidor de alto poder adquisitivo es muy particular. «Racional y nada compulsivo», como lo describe Nielsen. Nueve de cada diez chinos que vienen a España a comprar lujo llegan con la lista de lo que quieren ya hecha. Además de espléndidos, son planificadores y metódicos, tanto, que el 40 % sabe «exactamente» qué producto comprar y el 60 % había visitado redes sociales y las webs de las marcas.
Por ello, una de las conclusiones del estudio es que las firmas españolas deben «afinar sus estrategias» para atraer a este pudiente consumidor en su país de origen, «aunque la transacción se cierre finalmente en España», apunta Gustavo Núñez, director general de la compañía en España.
Y en esa exclusiva «lista de la compra» los complementos y la marroquinería, especialmente los bolsos y los zapatos, ocupan un lugar destacado, ya que siete de cada diez consumidores chinos regresan con ellos en la maleta.
Moda sí, vinos, no tanto
La moda y los artículos y tratamientos de belleza (empatan con un 64 % de los encuestados) siguen a los complementos en su lista de objetos de deseo, y más de la mitad tienen previsto adquirir en España relojes y joyas. Por contra, los productos gastronómicosgourmet, los vinos y bebidas espirituosas premium, solo atraen a un tercio del turista chino de alto nivel adquisitivo.
Que vienen ávidos de lujo europeo lo pone de manifiesto que, por ejemplo, en Madrid en el último año incrementaron su nivel de gasto en un 30 %, con un tique medio de compra de casi 1.400 euros, según datos de Global Blue, consultora de turismo y primera operadora internacional de Tax Free.
Madrid es, junto con Barcelona, Marbella, Ibiza y Mallorca, «milla de oro» y polo de atracción para este comprador al que, además, le gusta regresar. Y la vuelta está marcada por un mayor afán de gasto, pues el 56 % de los chinos tiene previsto desembolsar más en su siguiente visita, frente al 46% que piensa gastarse lo mismo. Los datos son alentadores, ya que planifican una media de tres viajes al exterior al año.
Pese a los buenos datos, el turismo de compras aún tiene mucho camino por recorrer en España, como lo muestra que por cada euro que el turista extracomunitario se gasta en Madrid, se deja 2,2 en Múnich, 3,5 en Milán y hasta 9,5 euros en ciudades icónicas como Londres o París.