El pasado lunes en una residencia ubicada en la calle uno de Samán Tarazonero uno, en la parroquia Samán de Güere del municipio Santiago Mariño del estado Aragua, se desarrolló una lamentable escena que dejó como resultado a una niña de cuatro años muerta por asfixia al tragar una semilla de mamón.
La historia comenzó cuando el hermano mayor de Yulieska Alexandra Vásquez (4), compró un racimo de la fruta y llegó a la casa comiendo de él. La niña le pidió que compartiera con ella, pero el varón se negó porque tenía terminantemente prohibido darle de comer mamón por el peligro que representaba la ingesta.
Yulieska insistió mucho, hasta que su madre le permitió comerse uno solo dentro de la habitación para mantenerla vigilada. En cuestiones de segundos la nena se escapó del cuarto mientras saboreaba la semilla, la progenitora salió de allí a toda prisa a buscarla y la consiguió con el rostro morado y desesperada porque la “pepa” se le había quedado atascada en la tráquea.
La tía de la occisa dijo que los integrantes de la familia que estaban en la vivienda entraron en desespero, pero ella indicó que trató de conservar la calma para tratar de aplicarle los primeros auxilios. Golpeó fuerte su espalda para expulsar el cuerpo extraño, la abrazo por la espalda para presionar la boca del estomago pero tampoco logró que saliera lo que impedía la respiración.
Relató que salieron corriendo hasta el CDI de Samán Tarazonero y allí ninguno de los médicos de la emergencia pudo hacer nada por salvar a la niña, le dijeron que debían llevarla hasta el Hospital Central de Maracay, pero que estaban obligados a buscar un método de transporte porque el lugar no cuenta con una ambulancia preparada para emergencias.
La situación cada vez se tornaba más compleja, el tiempo se agotaba y era necesario trasladarla de inmediato y no encontraban el medio para hacerlo. Entre tanto divisaron a una patrulla de la Policía de Aragua y se atravesaron en la vía para detenerla.
Los azules se negaron a montar a la pequeña dentro de la unidad, porque según no tienen permiso para hacer ese tipo de diligencias. Pero la familia, sin importar lo que alegaban los funcionarios se subió en el carro y obligaron a que los movilizara a toda velocidad.
Camino al centro asistencial, Yulieska presentó mayor dificultad para respirar y le decía a su tía “ayúdame por favor, me duele mucho el pecho”. La pariente comentó entre lágrimas que la niña se agarraba el cuello, le mordía la mano, -considera ella-, para tratar de aliviar la molestia y drenar el desespero de cada vez respirar menos.
El policía conductor preguntó a donde se iban a dirigir y en primer momento dijeron que a la sala de emergencia pediátrica del HCM, pero por la lejanía y la hora pico prefirieron acercarse al seguro de San José que era más accesible y rápido.
Eran poco más de las 6:00 pm cuando ingresó al hospital, allí los médicos trataron de reanimarla, “hicieron lo humanamente posible, pero ya era tarde para salvarla”, al cabo de dos horas la niña falleció.
Los parientes denunciaron que el CDI de Samán Tarazonero debe tener lo propio para atender emergencias de este tipo; ellos consideran que si allí hubiese habido el personal y los insumos necesarios para extraer la semilla, la niña se hubiese salvado.
Con dolor expresaron, “es imposible que no haya ni una ambulancia para trasladar a los pacientes. El pueblo se muere esperando la respuesta inmediata de los organismos. No tenemos palabras para expresar este dolor”.