Uno se cansa de escribir y supongo que los lectores se cansan de leer sobre la degradación del régimen, pero debemos continuar elaborando esta memoria de lo que ha sido el desastre venezolano. Entre las numerosas lacras del régimen se encuentran la adulancia y el servilismo de sus miembros. Su mejor ejemplo es el culto a la personalidad del difunto sátrapa. Veamos:
1. El ministro de la defensa Vladimir Padrino López, descarado traidor a su misión, dice lo siguiente: “Si algo nos revitaliza a nosotros los soldados es conectarnos con la historia (…) en respaldo unitario a nuestro comandante en Jefe y presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, quien está al frente del único proyecto que es posible hoy en día para seguir teniendo patria, que es el proyecto bolivariano, el proyecto de Hugo Chávez…. estamos construyendo y fortaleciendo cada día más el concepto unitario e integrador de la unión cívico militar”. Y continuó, con impudicia: “la carrera militar “siempre ha sido un apostolado de ética, de valores, de principios” pero sobre todo “de servicio a la patria”.
¡Cuántas mentiras, adulancias y traiciones a la constitución en tan corto párrafo! El llamado proyecto del difunto es una abominación. Pretende convertir a Venezuela en un país arruinado como Cuba, sin darse cuenta de que ese país ya ha iniciado el regreso de sus 60 años de horror. El ministro apoya la repetición de este horror en Venezuela, lo cual lo hace un traidor. Miente y adula al decir que tal proyecto es lo único viable en Venezuela y al decir que la carrera militar siempre ha sido un apostolado de ética, de valores, de principios y de servicio a la patria, cuando la realidad es que es una carrera profundamente prostituida, llena de miembros entreguistas de nuestra soberanía, de narcotraficantes, de golpistas y de ladrones, ninguno de los cuales ha recibido sanción alguna. Y todo esto está ampliamente documentado.
2. Pero, el ministro López Padrino se queda corto en adulancia, al compararlo con el ministro Ricardo Menéndez, quien ha dicho: “Bolívar y Chávez son dos gigantes”. Este adulante agrega, con caradurismo, que después de estos 16 años “Venezuela es absolutamente otro país”. No solamente se arrastra Menéndez, al hablar de Chávez como “un gigante”, cuando la evidencia lo muestra como demagogo, ignorante, ladrón y hasta asesino (Febrero 1992), sino que se permite decir que el país ha cambiado radicalmente en estos años. Claro que ha cambiado pero para para lo peor. Si la democracia derivó en un mal sueño, lo del sátrapa fue una pesadilla. Y esto está también ampliamente documentado
3. La apoteosis de la ridiculez y de la cursilería es lo dicho por Nicolás Maduro hoy, Domingo:
“Anuncio que en un mes saldrá a la luz un libro donde explico qué es el chavismo y cuyo propósito es “vacunar la historia de farsantes y falsos aprendices de brujo”. … yo aspiro (…) a provocar un gran debate creador y enriquecedor del proyecto bolivariano, del plan socialista que nos dejó Hugo Chávez. .. es una de las tareas más importantes que debo asumir…. Me perdonan que hable de mí mismo pero yo tengo una responsabilidad y lo sé, muy grande. Una de las más grandes responsabilidades es vacunar la historia de tergiversadores, de farsantes y de falsos aprendices de brujos que quieren decir que Chávez dejó esto, que Chávez dejó aquello y tergiversar lo que es el chavismo, que es un legado hermosísimo de un hombre extraordinario como Hugo Chávez..”.
Realmente, esto nos deja estupefactos. Nicolás Maduro es un analfabeta (o). No podría escribir una receta de cocina, mucho menos un libro. Posiblemente se lo escriben a cuatro manos Luis Britto García y Earle Herrera, a punta de Chivas Regal de 18 años. Lo que más impresiona de lo que dice este payaso es que define el libro como “una de las tareas más importantes que debo asumir”, en medio de una crisis nacional financiera, económica, social, política y hasta intestinal. Da risa leer que el chofer pretenda vacunarnos en contra de tergiversadores de la historia, cuando – precisamente – el difunto fue un gran tergiversador de la historia y en contra de aprendices de brujo, cuando estos 16 años han sido caracterizados por el predominio de abundantes aprendices de brujos en lo petrolero, en lo financiero y en lo social.
¿Cuándo habíamos tenido rutas de la empanada, cambios de horario, gallineros verticales y sistemas de trueques, como los que anunció durante su satrapía el aprendiz de brujo venezolano?
Según Maduro Chávez fue un hombre extraordinario. En cierta manera tiene razón. Alguien quien haya dilapidado mil millones de dólares, regalado parte de ese dinero a sus amigos Castro, Ortega, Morales, Correa y Kirchner, propuesto un gasoducto del Sur, se haya aliado con las FARC, Hussein, Gadafi y Assad y usado mucho del dinero nuestro para sus lujos personales, no puede ser un bribón ordinario sino un extraordinario bribón.
Todos los venezolanos estamos viendo y oyendo esto a diario. El país se ha acostumbrado a la mediocridad, al descaro y la mentira. Pero hay que seguir exponiendo la indecorosa y triste conducta de esta gente. ¿Por qué? Porque todavía hay venezolanos que mantienen en alto el decoro del país. Por ellos y para ellos hay que continuar dando la pelea.
Como diría Kant, así quedara uno solo, la batalla debe continuar.