La oposición reclamó hoy al primer ministro griego, Alexis Tsipras, que aclare si tenía conocimiento de los supuestos planes del exministro de Finanzas Yanis Varufakis de crear un sistema de pagos paralelo que sustituiría al euro en caso de necesidad, reseña EFE.
La revelación realizada este fin de semana por el diario Kathimerini llevó hoy a 24 diputados del partido Nueva Democracia a exigir a Tsipras que diga si tenía conocimiento de los detalles de este plan, si había sido aprobado por él y qué iniciativas tiene previsto tomar para investigarlo.
La información, confirmada parcialmente por el propio Varufakis, apunta a que el exministro proponía piratear la web de la Secretaría General de Ingresos Públicos.
Básicamente, la idea era apropiarse de todos los números de identificación fiscal de los contribuyentes y empresas mediante el pirateo de la Secretaría General de Ingresos.
En una conversación con representantes de varios fondos de riesgo, que fue grabada bajo el consentimiento de Varufakis y cuyo contenido desveló Kathmerini, el entonces todavía ministro afirmó que esta Secretaría General está plenamente bajo control de la troika.
El plan contemplaba que en paralelo al pirateo, se hubieran creado cuentas secretas para todos los ciudadanos y empresas, asignadas cada una al NIF correspondiente, de forma que “de la noche a la mañana” el Estado hubiera podido estar en condiciones de hacer transferencias digitales mediante el procedimiento de pagarés.
Un sistema bancario paralelo de estas características hubiera posibilitado hacer frente a una eventual asfixia por parte del Banco Central Europeo (BCE), pero, según confesó Varufakis en declaraciones al diario británico Daily Telegraph, el primer ministro nunca le dio permiso para activar el plan.
Fuentes gubernamentales se limitaron hoy a señalar que el propio Varufakis ha dejado claro con estas aclaraciones que “nunca hubo un plan o una estrategia para volver al dracma” y que fue Tsipras quien en una reciente entrevista con la televisión pública dijo que se habían analizado diversas alternativas.
En la entrevista en cuestión Tsipras dijo que su Gobierno no se planteaba el abandono de la eurozona, porque Grecia no tiene reservas de divisas para apoyar el retorno a la moneda nacional.
Los diputados del partido conservador, sin embargo, se refieren a la idea concreta de usar los NIF de los ciudadanos y aseguran que esto constituye “una desviación de la legalidad” que no solo exige una reacción política sino también una investigación judicial por posibles responsabilidades penales.
Por su parte, el líder del partido centrista To Potami, Stavros Theodorakis, habló de un “acto golpista” para regresar al dracma por parte de Varufakis y pidió asimismo a Tsipras que tome cartas en el asunto y explique si tenía conocimiento de ello.
Según Varufakis en su conversación con los inversores, un mes antes de las elecciones Tsipras le dio “luz verde para elaborar un plan B”, cuyo objetivo habría sido asegurar la liquidez del sistema bancario para el caso de que el BCE cortara a los bancos el acceso a los créditos de emergencia, lo que finalmente acabó ocurriendo y condujo a la imposición de un corralito.
Para ello, explica Varufakis, formó un pequeño grupo de trabajo al que pertenecían solo un par de personas, entre ellas el catedrático de Economía estadounidense James Galbraith.
En sus posteriores declaraciones al Daily Telegraph, Varufakis reconoció que la información era acertada si bien desmintió que su plan fuera el retorno inmediato al dracma.
En su blog personal, el diputado de Syriza publicó un comunicado en el que asegura que el cometido de este grupo era preparar “planes de contingencia contra los esfuerzos de los acreedores para socavar al Gobierno griego y a la vista de las fuerzas dentro de la zona euro que querían ver a Grecia expulsada del euro”.
Sobre las ideas de piratear la citada secretaría de ingresos, Varufakis habla de “incorrecciones” por parte de Kathimerini y asegura que como ministro siempre trabajó dentro del marco de la legalidad, en el interés del Gobierno y en un esfuerzo por mantener a Grecia en la eurozona. EFE