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Un bebé palestino murió quemado vivo y sus padres resultaron heridos graves en un ataque cometido este viernes por colonos israelíes que prendieron fuego a su casa en la Cisjordania ocupada, un acto calificado de “terrorista” por Israel.
Este calificativo bastante inusual en estos casos y las condenas unánimes de los dirigentes israelíes, empezando por el primer ministro Benjamin Netanyahu, no han convencido a los palestinos. Estos últimos consideran al gobierno “totalmente responsable” de la muerte del bebé, por ser la “consecuencia directa de décadas de impunidad (…) ante el terrorismo de los colonos”.
Las autoridades prevén manifestaciones después de la oración del viernes en los territorios ocupados y el movimiento islamista Hamas, en el poder en la franja de Gaza, hizo el jueves un llamamiento a un “día de la ira” contra las agresiones israelíes.
Desde hace años, activistas de extrema derecha israelí o colonos cometen agresiones o actos vandálicos en Israel y en los territorios palestinos en nombre del “precio a pagar”. Sus objetivos son los palestinos, los árabes israelíes, los lugares de culto musulmanes y cristianos, e incluso los soldados israelíes. La mayoría de sus tropelías han quedado impunes.
Según responsables de seguridad palestinos, en la madrugada del viernes cuatro colonos israelíes prendieron fuego a dos casas situadas a la entrada del pueblo palestino de Duma, cerca de Naplusa, en el norte de Cisjordania, y pintaron eslóganes en un muro antes de escapar hacia una colonia cercana, Maale Efraim. Una de las pintadas proclamaba “Viva el mesías”.
El bebé Ali Dawabcheh, de año y medio, murió quemado vivo. Su madre Eham, de 26 años, su padre Saad y su hermano Ahmed, de cuatro años, resultaron heridos y transportados a un hospital israelí, según fuentes médicas israelíes.
La madre se encuentra en estado “muy grave” con quemaduras de tercer grado en el 90% de su cuerpo, declaró un médico israelí a la radio pública, y añadió que “su vida corre peligro”. El padre también quedó “quemado en el 80%” de su cuerpo.
Según la radio militar, el incendio fue provocado por dos hombres enmascarados que lanzaron cócteles molotov contra dos casas. En una de ellas vivía la familia Dawabcheh. En los muros pintaron “el precio a pagar”, “venganza” y dibujaron una estrella de David.
Un portavoz militar israelí precisó que había grafitis en hebreo en los muros de la casa y que el ejército se esfuerza por “localizar a los autores del ataque”.
Netanyahu y el ejército denunciaron rápidamente un acto “terrorista”. Pero Saeb Erakat, número dos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), estimó que “no se puede disociar este ataque bárbaro” de un “gobierno que representa una coalición para la colonización y el apartheid”.
– ‘Juzgar a los asesinos’ –
Yaariv Oppenheimer, dirigente de Paz Ahora, una ONG israelí opuesta a la colonización de los territorios palestinos, asegura que este tipo de “agresiones por parte de los colonos se han convertido en una verdadera epidemia”. En la radio israelí, denunció “la indulgencia del gobierno con la violencia antipalestina y los discursos de odio”.
Las ONG de defensa de los derechos humanos lo corroboran. En mayo, la organización israelí Yesh Din estimó que el 85,3% de las denuncias de los palestinos por ataques de colonos quedaban archivadas.
Esta vez Netanyahu aseguró haber ordenado a “las fuerzas de seguridad el uso de todos los medios a su disposición para detener a los asesinos y llevarlos ante la justicia”. Su ministro de Defensa, Moshé Yaalon los llamó “terroristas judíos”.
La policía israelí se ha desplegado masivamente en el casco antiguo de Jerusalén, sobre todo en los alrededores de la Explanada de las Mezquitas, en previsión de manifestaciones. Los hombres menores de 50 años tienen prohibida la entrada en ella.