El albañil Jesús Álvarez se queja de que su trabajo ha bajado mucho. Ya no es como antes: “Los clientes dejan de hacerme encargos cuando les digo que no hay pego, cemento o baldosas y que, por ser muy caro todo, ellos deben buscar los materiales y luego yo les cobro la mano de obra”.
Álvarez es uno de los miles de trabajadores desocupados del país porque, excepto el Estado, los grandes desarrollos urbanísticos están paralizados. La situación también afecta a las pequeñas obras, donde ha mermado mucho la actividad de reacondicionar o reparar apartamentos y casas, dado que la gente destina el dinero a gastos prioritarios.
“Nunca antes tuvimos tanta desocupación en el sector construcción: la tasa de desempleo está entre 70% y 74%”, afirmó Octavio Campos, directivo de la Federación Nacional de Trabajadores de la Construcción. Indicó que con una economía en funcionamiento el sector absorbe de 1,3 millones a 1,5 millones de personas, pero ahora solo hay 400.000 ocupados. Agregó que la construcción privada está casi paralizada por falta de insumos y la recesión económica, lo que disminuye significativamente su capacidad empleadora
Alfredo Padilla, coordinador de la Atraem, Asociación de Trabajadores Emprendedores y Microempresarios, dijo que los trabajadores por cuenta propia (electricistas, albañiles, plomeros y herreros, entre otros), así como los de la autoconstrucción en los barrios, tienen cada vez menos actividad como consecuencia de la escasez de materiales.
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