El municipio Libertador agrupa la mitad más uno de las organizaciones criminales que actúan en las cinco jurisdicciones de la capital, publica El Nacional.
Carlos Luis Revete, alias “Coki”, cumple mañana tres semanas prófugo de la justicia. La captura del líder de la banda, que lleva su apodo y que se moviliza por la Cota 905, El Paraíso y El Cementerio, era un objetivo de la Operación de Liberación del Pueblo que los cuerpos de seguridad del Estado desplegaron en la Cota 905 el 13 de julio, pero ya no estaba allí.
La organización del “Coki” es una de los 41 grupos que operan en los 5 municipios de Caracas –es una de las 19 que actúan en Libertador– y que colocan a Caracas en una de las capitales más expuestas al delito en América Latina.
Si bien en Sucre, Chacao, Baruta y El Hatillo se concentran 22 de estas organizaciones delictivas –la mitad más uno de las que existen en toda la ciudad–, en Libertador los grupos delictivos involucrados con la venta de drogas, homicidios, extorsión y robo de vehículos llevan más de dos décadas en la zona, como la del 70 en El Valle; están más organizadas y cuentan con más de 100 hombres que tienen definidas sus funciones para mantener el control en algunos barrios de la parroquia, como en el bloque 10 de Propatria, donde el grupo de “Las Barras” con jóvenes “gariteros” hacen guardias 24 x 24 horas en la parte alta de ese edificio para vigilar los movimientos en el sector popular.
Sin límites. Ese poder, a juicio del sociólogo Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia, ha aumentado desde 2005 cuando las pandillas de Caracas, de tamaño reducido y actuación limitada, comenzaron a mutar a mafias organizadas, con un mando jerárquico piramidal. “Hoy se ha puesto al día el crimen organizado y las bandas se convirtieron en alumnos aprovechados”, explicó.
El presidente Maduro dijo: “Estamos desarrollando una fase especial de las OLP. Tenemos que proteger al pueblo, ya basta de crímenes. El OLP va a actuar y liberar a todo el país”.
Sin embargo, Caracas es la primera capital del mundo con más homicidios. “Tiene una tasa de 122 muertes por cada 100.000 habitantes, nunca había tenido un desarrollo de bandas tan estructuradas como en la actualidad. Anteriormente eran pequeñas, tenían actuación limitada y una estructura jerárquica bastante horizontal de un grupo y no tenían unificación de mando. Actualmente existen con una jerarquía piramidal en la que los líderes se entienden con la parte media y esta con el último eslabón”, precisó Briceño León.
Aseguró que las mafias han perfeccionado sus técnicas para delinquir por la escasa contención del Estado, como sí sucede, por ejemplo, en México, Brasil y Colombia y por esta razón las bandas en Venezuela pueden tener un nivel de acción superior que el de sus pares en otros países: “Mientras en la década de los 90 y a principios del año 2000 las pandillas robaban al carnicero, ahora le cobran al carnicero para no robarlo. Es decir, los delincuentes les cobran a sus víctimas para no asaltarlas”.