En 2014 ocho de los doce rubros agrícolas más importantes del país registraron mermas significativas en sus niveles de producción y pareciera que Venezuela continúa transitando la misma senda, reseña El impulso.
A principios de 2015, el sector productor de papa dijo haber recibido un 30% de semilla dañada y recientemente el sector arroz realizó denuncias similares. Los rubros maíz, sorgo y hortalizas, también presentan índices en baja. Esto a pesar de que en 2007 Venezuela alcanzó uno de sus mayores picos productivos de la historia.
Si a esto se suma que solo 10 de los 84 cultivos que se practican en el país cuentan con una certificación de semilla (garantía de adaptación en distintos ambientes, nacional o importada), se podría hablar entonces de una actividad económica en descuido.
Así lo calificó Hernán Laurentín, docente de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) y especialista en Genética y Producción de Semilla, quien detalló que Venezuela cuenta con certificación para las semillas de maíz, arroz, ajonjolí, sorgo, algodón, girasol, papa, caraota, frijol y soya, pero no para los otros 74 cultivos, lo que no da garantías de producción, ni de presencia de semilla.
Refirió se trata entonces de una agricultura que no abastece al mercado nacional, lo que implica una dependencia de la importación de semilla y/o producto terminado.
“Pero sea cual sea la vida se atenta contra la soberanía alimentaria. Estamos hablando que Venezuela no es un país soberano agrícolamente”, manifestó el docente.
Sobre este aspecto también fue consultado el primer vicepresidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), Aquiles Hopkins, quien detalló que el déficit de semillas de hortalizas en 2015, por ejemplo, ha sido uno de los más altos, motivado al cerco que se ha hecho a los proveedores privados.
“Mientras el Estado, a través de sus empresas, pretenda monopolizar la distribución de semillas y agroquímicos en el país, las condiciones para la agricultura no mejorarán… Mientras el Estado no comprenda que es necesario que nos den las herramientas para producir lo `Hecho en Venezuela´ y tampoco se priorice la producción nacional por encima de las importaciones, ni se reconozcan las estructuras de costo, seguiremos teniendo los mismos resultados que el país enfrenta actualmente”, apuntó.
Señaló que cualquier prerrogativa, en cualquier escenario es nociva para el desarrollo del sector. “Más aún, si quien gesta ese monopolio, actúa de manera ineficiente en el mercado”.
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