¿Inicio de agosto y aún estás en la oficina? Si has empezado a notar que se te hace bastante duro ver cómo tus compañeros de trabajo se van una tarde con la maleta y vuelven unas semanas después con un bronceado que ya quisiera tener Julio Iglesias… ¡cuidado!
Podrías estar al borde de un ataque de “vacacionitis” o lo que es lo mismo un aplastamiento de nalgas por horas continuadas sentado y una gran necesidad de ingerir bebidas refrescantes en una playa perfecta. Todo esto acompañado por una subida de la bilirrubina, pero no de la que se produce en el bazo, sino de la de Juan Luis Guerra sonando a todo trapo en tus auriculares.
A fin de cuentas, todo esto son señales de que necesitas vacaciones urgentemente. Por si aún tienes dudas sobre si coger el próximo avión a cualquier parte o piensas que puedes aguantar un poco más, aquí tienes algunos más. ¿Con cuántos te identificas?
1. Levantarse por la mañana empieza a ser tan agradable como una endodoncia.
2. Tras tres minutos de concentración, cualquier cosa es más interesante que seguir trabajando.
3. Odias a todos los compañeros que ahora mismo están más morenos que tú. Cada vez son más y los odias. Los odias mucho.
4. Crecen tus impulsos de coger el ordenador y lanzarlo muy lejos.
5. Tu cara triste típica de los lunes ha pasado a ser la de los martes, los miércoles, los jueves y empieza a amenazar peligrosamente a la de los viernes…
6. Comparas vuelos compulsivamente.
8. Estar cerca de la ventana es lo único que alivia tus ansias de libertad.
9. La rutina metro-trabajo, metro-casa no da para fotos de pies en la playa y sientes que tu Instagram empieza a no tener sentido.
10. Tu ingesta de café aumenta al mismo ritmo que tus ansias de un “sex on the beach”.
Con información de eDreams Blog