El servicio de Aduanas francés dijo hoy a EFE que habían interceptado el pasado viernes en Córcega un Picasso valorado en más de 25 millones de euros, perteneciente al banquero español Jaime Botín, y que tenía como destino Suiza pese a estar declarado como no exportable por las autoridades españolas.
Los funcionarios de la oficina de Bastia, en el noreste de la isla, fueron notificados a través de una filtración de que esa obra, “Cabeza de mujer joven”, iba a exportarse por vía aérea, y se personaron en el barco en el que estaba guardada.
El velero, de 67 metros de eslora y pabellón británico, amarrado en el puerto deportivo de Calvi, pertenece a una sociedad con sede en la isla británica de Guernsey, y su capitán no era español, precisó a EFE el director adjunto del servicio de Aduanas de Córcega, Vincent Guivarch.
El hombre, según sus informaciones, “solo pudo presentar un documento de evaluación de la obra, así como un informe escrito en castellano de mayo de 2015 de la Audiencia Nacional española, confirmando que se trataba de un tesoro nacional español que en ningún caso podía salir de España”.
El cuadro pertenecía a Botín, de 79 años, quien no estaba presente cuando los agentes abortaron esta tentativa de exportación, que no estaba realizada a su nombre, pero sí tenía previsto embarcar días después, añadió Guivarch.
El cuadro, cubierto en papel-burbuja, estaba ya embalado y listo para ser transferido.
La Justicia española había prohibido al hermano del fallecido presidente del banco Santander, Emilio Botín, sacarlo del país el pasado mayo y avaló así una decisión adoptada por el Ministerio de Educación del 26 de julio de 2013, que confirmó que no podía ser exportado.
La obra había sido considerada “única” por los responsables del Patrimonio Histórico español, mientras que el Museo Reina Sofía de Madrid había destacado su “excepcional importancia”.
El caso tiene su origen en la petición que realizó el 13 de diciembre de 2012 la firma de subastas Christie’s Ibérica a la secretaría de Estado de Cultura española para su exportación definitiva a Londres.
La Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español acordó pocos días después denegarle la autorización al “no existir una obra semejante en el territorio español”.
El organismo argumentó que era “una de las pocas obras realizadas por su autor dentro del periodo Gósol, etapa en la que Picasso se ve claramente influenciado por la plástica del arte ibérico y los hallazgos llevados a cabo en ese momento influirán decisivamente, no solo en el cubismo, sino también en la evolución posterior de la pintura del siglo XX”.
El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas de España, de hecho, denegó no solo el permiso, sino que emplazó a la autoridad competente a que la declarara obra Bien de Interés Cultural.
Las autoridades francesas esperan ahora una eventual petición de sus homólogas españolas para recuperar la obra, adquirida por Botín en enero de 1977, procedente de la Marlborough Fine Art de Londres con destino a su colección particular en España.
A la espera de su repatriación, el cuadro ha quedado custodiado “en un lugar seguro”, añadió el representante de las aduanas locales, según el cual este caso constituye “esencialmente un contencioso entre Botín y España”. EFE