El presidente de Bolivia, Evo Morales, analiza expulsar del país al cónsul de Chile en La Paz, Milenko Skoknic, porque, según dijo, estuvo viajando por el país para reunirse con opositores bolivianos con intención de desestabilizar a su Gobierno, según declaraciones que hoy publica el diario El Deber.
En declaraciones a ese medio, Morales dice que “Chile, por la cuestión del mar, siempre buscó la inestabilidad política” de Bolivia y expresó su desconfianza por un viaje realizado por Skoknic la semana pasada “a todos los departamentos” bolivianos.
“El cónsul de Chile estaba viajando a todos los departamentos, no sé si hay que declarar persona non grata a ese cónsul, buscando a autoridades y dirigentes. No sé si son sus atribuciones, vamos a analizar profundamente esta andanza del cónsul chileno”, dijo.
Compara al diplomático chileno con el embajador de EEUU, Philip Goldberg, a quien expulsó en 2008 tras acusarle de tramar con la oposición boliviana una supuesta conspiración en su contra, algo que Washington y los opositores siempre han negado.
“El primer plan del Gobierno de Chile debe ser cómo acabar con la gestión de Evo, cómo aportar a la inestabilidad política”, añade el gobernante boliviano.
El diputado oficialista Víctor Borda señaló que Skoknic tiene derecho de viajar por toda Bolivia, aunque consideró necesario “investigar con quién se reunió y qué afán tuvieron esos encuentros”, según el mismo rotativo.
Hace dos semanas, Morales expresó su sospecha de que las recientes protestas en la ciudad andina de Potosí, en el suroeste, eran promovidas desde Chile para distraer la atención de la coyuntura favorable a la reclamación marítima boliviana lograda tras la visita del papa Francisco.
Bolivia perdió 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de territorio en la guerra del Pacífico librada con Chile a fines del siglo XIX.
El Ejecutivo boliviano siempre ha defendido que el conflicto comenzó con una invasión de Chile, sin declaración previa de guerra.
El asunto fue llevado por el Gobierno de Morales a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en 2013, en busca de un fallo que obligue a Chile a negociar en firme y de buena fe la reclamación marítima boliviana.
Morales dijo a El Deber que “tenía la esperanza” de solucionar la controversia en la primera gestión de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, en la que hubo cercanía entre ambos gobiernos, pero “no pasó nada”.
Chile planteó en las últimas semanas reanudar los lazos diplomáticos sin condiciones, después de que en su visita a Bolivia el papa Francisco instara a las naciones a dialogar para resolver sus controversias.
Morales ha replicado que el Gobierno chileno debe entender que las relaciones diplomáticas se rompieron “por el tema del mar” y por ello propuso que el pontífice sea garante de la reanudación de estos lazos para lograr una solución a la demanda marítima boliviana en un plazo de cinco años. EFE