José Guerra: El petróleo y nosotros

José Guerra: El petróleo y nosotros

thumbnailjoseguerraabril2015Reciente el precio del petróleo a nivel mundial ha acentuado su tendencia a la caída. De hecho, en la semana que recién termina su cotización disminuyó 4,0% respecto a la semana previa. Son varios factores los que han afectado al precio petrolero. En primer, hay un exceso de crudos en el mercado debido a dos hechos, la mayor producción por parte de Estados Unidos y porque Arabia Saudita sigue bombeando petróleo a los mercados para mantener su espacio como principal productor. En segundo lugar, la demanda de petróleo se ha aflojado debido a que la economía global está creciendo menos, en particular China y Europa. Finalmente, también ha contribuido a la declinación del precio del petróleo el fortalecimiento del dólar en relación con el euro.

Para el petróleo venezolano la caída ha sido impactante. Un precio que bajó desde US$ 100,0 por barril en junio de 2014 hasta un precio promedio de US$ 49,0 por barril a mediados de agosto de 2015, ha implicado una pérdida de ingresos de divisas para una economía que no ahorró un céntimo parte del extraordinario auge de los precios, primero entre 2001 y 2008 y luego entre 2011 y 2014. No solamente eso, sino que además el gobierno se endeudó a un ritmo insostenible y ahora la deuda externa pesa considerablemente sobre las finanzas públicas. De cada cien bolívares gastado, veintidós van al pago de la deuda.

La política del gobierno para enfrentar el derrumbe de los precios del petróleo ha sido la de liquidar a precio de gallina flaca activos nacionales hasta el punto que prácticamente no quedan bienes de cierto valor, tasados en moneda extranjera. Se vendió una refinería, se negoció la deuda de República Dominicana y Jamaica a precios viles, se empeñó el oro, se usaron los derechos especiales de giro, se obligó a Citgo a decretar un dividendo para PDVSA, entre otras maniobras para mantener  a flote un modelo económico ya  desahuciado.





Sin activos en moneda extranjera  y con una dependencia exacerbada del ingreso petrolero, está llegando la hora de la verdad para Venezuela. El petróleo proporciona 97,0% de los dólares que el país recibe, lo que sugiere que estamos viviendo con la mitad de lo que teníamos apenas en 2014 y en lo que queda de 2015 y en 2016 y 2017 hay que pagar más de US$ 30.000 millones en deuda externa y al mismo tiempo importar bienes en un país donde el gobierno acabó con la actividad productiva.

Entretanto, el gobierno y unas autoridades monetarias con mentalidad suicida, dirigiendo al BCV han recurrido a la impresión masiva de dinero creyendo que con más bolívares van a reactivar la economía sin percatarse que lo que están haciendo es generar una hiperinflación. No hay solución a la actual crisis, sin un cambio de modelo económico y en lo  inmediato, sin un refinanciamiento de la deuda externa.