La agobiante crisis económica que vive el país está asfixiando a los venezolanos, hasta el punto que algunas épocas del año se han convertido en una especie de Vía Crucis sin estar en la Semana Santa. La temporada escolar es una de ellas, porque los costos de pagar la matrícula, comprar los uniformes y adquirir la lista escolar llegan a niveles inalcanzables para la mayoría.
Hace muchos años la temporada escolar era una actividad normal dentro de una familia venezolana. Tan normal que salíamos en familia a comprar todo lo que necesitaban los niños y adolescentes para iniciar su nuevo año en los colegios. Hoy es uno más de los tantos malabares que debe ejecutar el venezolano para que sus hijos no sientan con tanta fuerza los rigores y las carencias que la crisis impone.
Si tomamos como parámetro el cálculo del CENDAS el aumento de los uniformes y útiles escolares para junio 2015 se ubicaba en 262,98%, pero si a eso le sumamos todo lo que ha ocurrido desde esa fecha para acá y además agregamos la sensación que tienen los padres, podemos estar hablando de un incremento del 1.000%.
Ante esa dura realidad, los venezolanos han debido ingeniárselas para cumplir con todo. Han pagado en partes la matrícula, recurren al trueque de libros, compran textos usados y hasta alargan la vida útil de los uniformes escolares esperando mejores tiempos en el país.
¿Y qué hace el Gobierno?
Nada. En este caso hace lo mismo a lo que nos tiene acostumbrados ante el resto de los problemas del país: nada. Lo único que han hecho es anunciar que anunciarán las ferias escolares dónde supuestamente los venezolanos podrán comprar los útiles escolares a precios solidarios ¿Alguien ha visto alguna de esas ferias escolares del Gobierno nacional?
En el caso del Zulia la cosa se pone peor porque la actual gestión en la Gobernación eliminó los beneficios en la entrega de libros y útiles que tanto benefició a miles de niños y niñas. Ya no sólo es que sirven comida de mala calidad en los comedores escolares, sino que tampoco ayudarán a los escolares.
Durante la gestión de Manuel Rosales y mi período como Gobernador del Zulia entregamos miles de morrales con los libros de texto y los cuadernos, para que los niños de los sectores populares pudieran acudir con lo necesario y comenzar su año escolar. Recuerdo como si fuera hoy el rostro feliz de cada niño que recibía ese programa social.
Hoy cuando la crisis impone la masificación de programas sociales como el bulto escolar, una gestión irresponsable lo elimina. Lamentablemente en el Zulia no hay una gestión identificada con las dificultades de las clases más populares. Todos los programas sociales que la democracia social institucionalizó en el estado han sido eliminados. Tal como lo alertamos en su momento, resultaron ser una oferta engañosa para los zulianos.
@PabloPerezOf