Resulta quizás difícil asociar el término “Bachaco” con economía, más puntualmente porque su definición hace mención a una hormiga de gran tamaño y color rojizo cuyo sistema de alimentación y supervivencia le lleva a convertirse en ocasiones en peste para algunos cultivos, plantas y arbustos. El bachaco en una acción depredadora es capaz de deshojar completamente plantas y arbustos para llevarse su contenido hasta la cueva en donde mediante un proceso de descomposición las hojas generan un hongo que sirve para alimentar a la reina y la colonia.
Como verán poca relación guardan los bachacos con la economía y quizás sea un término desconocido en otras partes del mundo, pero en Venezuela los términos Bachaco, Bachaquero, Bachaquear sí guardan estrecha relación con los fenómenos económicos, es necesario destacar que dicho fenómeno se ha observado en los últimos años del Gobierno Socialista, quizás como síntesis del mismo.
El Bachaqueo no es más que la consecuencia al desgaste y erosión del aparato económico del país; consecuencia del continuo deterioro en la capacidad productiva empresarial, reducción en parques industriales y básicamente el reflejo de la incapacidad del Estado para coordinar eficientemente los procesos económicos, a pesar de mantener politicas de importación y sustitución de producción alimentado por dólares subsidiados.
El origen del Bachaqueo se encuentra en la vulneración a la propiedad privada y la producción como abuso del rol del Estado, tal abuso trajo consigo expropiaciones, intervenciones y abandono de los sectores productivos nacionales a expensas del favoritismo importador y beneficios para la corrupción. La merma de la producción nacional y el abandono de empresas han sido cada vez más frecuentes, marcas y productos se extinguen del mercado venezolano y con ellos innovación, tecnología, desarrollo, crecimiento y oportunidades.
Hace pocos años se comenzó a observar fenómenos desconocidos para el común venezolano; colas para la adquisición de bienes que no se encontraban con regularidad en los supermercados y tiendas, procesos de escasez generalizada y por supuesto la búsqueda permanente del bien deseado.
La escasez ha llegado cada vez a mayores rubros y espacios, la adquisición de un bien ya sea de primera necesidad -o de otro orden- se ha convertido en una labor titánica para los ciudadanos, a pesar de la crisis el gobierno ha mantenido su política agresiva con la empresa privada y ha incrementado el número de controles consiguiendo claramente agravar la situación. El sostenimiento del Control de Cambios y de Precios ha hecho que se dificulte la solución a los problemas, los volúmenes de producción nacional alcanzan niveles críticos y las importaciones han sido cortadas drásticamente ante la sequía de divisas petroleras, esta combinación es letal; si sumamos un sector productivo deprimido y esquelético con una caída fuerte en las importaciones -que suplantaba la producción nacional- se obtendrá un país en tal crisis como la que hoy atraviesa Venezuela.
La dificultad para acceder a los productos mediante los sistemas de racionamiento y distribución fijado por el Estado logra que cada vez más personas se queden sin la posibilidad de acceder a su bien deseado, es imposible para una persona que trabaja a diario estar persiguiendo los productos por cada uno de los mercados hasta lograr encontrarlos, los controles han alimentado la desaparición masiva de productos lejos de incrementar su acceso.
La imposibilidad de destinar tiempo y espacio a la adquisición de productos ha hecho que algunos ciudadanos busquen estos productos en otros espacios; economía informal, buhoneros o incluso en reventas más informales. Los controles han creado distorsiones que imposibilita el acceso libre y general a los productos, los ciudadanos que pierden la opción de adquirir el producto en el mercado buscan la opción informal para cubrir sus necesidades, los agentes informales detectan una oportunidad enorme: hacer uso de su tiempo y ocio para dedicarse a buscar productos y hacer colas con el fin de obtener los bienes para una posterior reventa con el incremento de precio que incorpora el haber logrado obtener dicho producto.
Los mismos controles han generado distorsiones y espacios para la corrupción que hacen que de alguna forma los que ejercen esta actividad informal “El Bachaquero” logre acceder a los productos por encima de cualquier barrera. La rentabilidad en el bachaqueo es tal, que trabajadores poco calificados abandonan sus trabajos formales para convertirse en bachaqueros, el motivo es que logran obtener mucho más ingreso por la reventa de productos que por el salario típico de trabajo.
El precio más caro de un producto es no conseguirlo, esta máxima nos explica a donde hemos llegado en esta cadena de acontecimientos: los controles crean distorsiones, las distorsiones se manifestaron en baja producción, quiebra, escasez y colas, no todo el venezolano puede estar en el lugar y el tiempo indicado para hacer colas, de las colas surgen los bachacos para hacerse con los productos y revenderlos en el mercado supra informal.
Lo que hoy es observable en Venezuela no es una simple casualidad del destino y la mala fortuna, por el contrario es el fruto de una acción bastante premeditada y con suficiente responsabilidad de las políticas del Estado Socialista que se ocupó de sembrar la semilla de la destrucción y de multiplicar la miseria. El ataque agresivo y continuado al sector productivo del país a expensas de suplirse de importaciones baratas ha tenido como resultado severas y profundas distorsiones en la estructura productiva del país, un modelo insostenible es proclive al fracaso aun cuando la ilusión parezca eterna. La caída en el precio del petróleo ha servido para develar la ilusión y dejar ver el esquelético y agonizante cuerpo de la economía nacional producto de tantos años de agresión y brutalidad, lo que hoy vivimos es el resultado de 16 años de construcción de socialismo, después de todo el Socialismo ha llegado, tal como ha sido en la Unión Soviética o en la amada Cuba.
Cada día que pasa son menos las empresas que sobreviven y producen, y más los agentes que revenden a expensas de la producción y el esfuerzo económico de unos pocos. Cada vez hay menos empresas y más bachacos… El hombre nuevo socialista es un Bachaco, felicidades.
Willians Ruiz.
Twitter: @williansruiz