Estados Unidos suspendió temporalmente los ejercicios militares anuales con Corea del Sur para hacer consultas, aunque se reanudaron después, tras aumentar la tensión con Corea del Norte por los intercambios de disparos de artillería entre fuerzas de Pyongyang y Seúl en la frontera.
EFE
En una rueda de prensa en Washington, el secretario adjunto de Defensa para Asuntos de Seguridad en Asia Pacífico, David Shear, afirmó hoy que las maniobras se suspendieron de manera temporal por las provocaciones norcoreanas, para intercambiar información y “tener un buen entendimiento mutuo” con los aliados de Seúl.
“Suspendimos parte de los ejercicios de manera temporal para permitir que nuestros mandos pudieran coordinar con la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) sobre el intercambio de artillería en la DMZ, pero ahora continúan según lo planeado”, explicó Shear, quien no especificó la duración de la suspensión.
Las maniobras continuarán, como estaba previsto, hasta el próximo viernes.
Corea del Sur y EE.UU. comenzaron esta semana su mayor ejercicio militar conjunto estival, el Ulchi Freedom Guardian, con la participación de unos 80.000 soldados.
Este jueves, las dos Coreas intercambiaron fuego de artillería en la Zona Desmilitarizada (DMZ), iniciado, según Seúl, por una primera ronda lanzada desde el norte, que fue contestada con varias rondas desde el Sur.
A través de la agencia oficial KCNA, el líder norcoreano, Kim Jong-un, ha condenado las acciones de los “hooligans” surcoreanos y ha advertido sobre el riesgo de una guerra nuclear en la Península Coreana.
Los ejercicios son criticados cada año por el régimen comunista de Pyongyang, que reiteradamente amenaza con atacar Corea del Sur y su capital, Seúl.
Estados Unidos, que mantiene unos 28.500 soldados en Corea del Sur, tiene la potestad de dirigir las operaciones militares en Corea en tiempo de guerra si se reanudan las hostilidades con Pyongyang, a las que se puso fin con un armisticio y no un tratado de paz en 1953, tras tres años de conflicto.
Este intercambio de disparos ha elevado a su máximo nivel en más de dos años la tensión militar en la península de Corea, que ya permanecía alta desde el pasado 4 de agosto.
Ese día, dos soldados surcoreanos resultaron gravemente heridos por la explosión de tres minas antipersonales en las cercanías de la frontera con Corea del Norte, que según Seúl fueron colocadas a propósito por Pyongyang.