Muchos no aprueban que se casen ni que tengan hijos pero un grupo de psicólogos que ha estudiado cientos de casos de parejas homosexuales dice que estas podrían darle una gran lección en materia de convivencia a las conformadas por hombres y mujeres. Esto no quiere decir que las relaciones de los homosexuales sean un lecho de rosas. Algunas incluso tienen problemas iguales a los de cualquier otra pareja. No obstante en los siguientes cinco puntos las gais ofrecen un legado único para todos, publica Semana.
1. Roles más flexibles: Al ser del mismo sexo, los homosexuales no ocupan inconscientemente los roles que tradicionalmente la sociedad les asigna a un hombre y una mujer en una relación amorosa. Ante esta falta de claridad dichas parejas deben negociar conscientemente quien se encarga de qué, y al ser así el proceso de división de tareas puede resultar mucho más equitativo. A veces los roles se distribuyen de acuerdo a intereses y habilidades o disponibilidad y no a expectativas de género.
2. Sexo sin fronteras: Al igual que en el aspecto anterior, no existe una manera de tener una relación sexual con una persona del mismo sexo. Esto hace que la creatividad esté siempre a la orden del día y que ellos estén más abiertos a experimentar con besos, caricias, sexo oral y masturbación, sin tabús ni complejos. Los psicólogos observan que los hombres heterosexuales evitan zonas muy erógenas por miedo a perder su masculinidad. Así mismo señalan que para ellos es más complicado hablar de su pasado sexual, mientras los gais son más abiertos y menos pudorosos en la cama.
3. Peleas más livianas: Los expertos notan que las parejas del mismo sexo inician sus discusiones de una manera más calmada y siempre aportan el humor para limar asperezas. También son más honestos y hablan a calzón quitado de sexo y monogamia. En general no se acusan tanto, son menos beligerantes y su foco no está tanto en quién tiene el poder y la razón. Hay más señales de afecto y una disposición mayor para escuchar la otro. En otras palabras, las relaciones homosexuales suelen ser más horizontales.
4. Menos celos: Las parejas heterosexuales son poco flexibles cuando se trata de compartir la pareja con amigos, especialmente del sexo opuesto. Muchos evitan este tipo de relaciones para evitar problemas. Los gais son menos rígidos en este tema. Aunque esto no significa que no tengan problemas de celos con sus parejas, saben manejar mejor esta tensión porque han tenido que aprender que sus amigos pueden ser potenciales amantes o que sus amantes se vuelvan amigos. En otras palabras, saben lo que es estar alrededor de otras personas atractivas y vivir con esa amenazas sin sentirse atrapado.
5. Más respiro: tal vez porque los roles no están tan demarcados, los gais son menos dados a controlar. De esta forma no le están diciendo al otro qué hacer o qué decir ni cómo invertir su dinero. Sus decisiones financieras se toman en conjunto, y no como sucede en las parejas de heterosexuales, en las que el hombre, por lo general, gana más y da el veredicto final. Tampoco sienten que deben ir juntos a todas partes, especialmente a reuniones familiares. Este tipo de amplitud ayuda a darle un respiro a estas relaciones.