El internacionalista y exembajador, Sadio Garavini, destacó que a Otto Pérez Molina no le quedaba otra opción más que renunciar. Al quitarle la inmunidad, solo tuvo que esperar el veredicto del juez para decidir su siguiente paso.
“Al perder la inmunidad, Pérez Molina puede ser juzgado en tribunales ordinarios por actos de corrupción”, agregó.
Luego de que el juez Miguel Ángel Gálvez admitiera la solicitud del MP y ordenase el arraigo contra el mandatario, eliminado su derecho a antejuicio y haciéndolo enfrentar a la justicia como un ciudadano común; Pérez Molina entendió que no podía seguir ejerciendo su cargo.
Recordó que la causa contra el expresidente de Guatemala es por presuntos delitos de corrupción por el cobro de comisiones en las aduanas para que algunas empresas pudiera evado el pago de impuestos (desempeñando el papel de el líder de una red aduanera conocida como La Línea).
Garavini, además, dijo que en Guatemala existe una Comisión Internacional Contra la Impunidad que trabajó en alianza con la Fiscalía y el Poder Judicial del país centroamericano para iniciar los procesos contra los funcionarios, con pruebas contra la vicepresidenta e indicios contra el presidente Otto Pérez.
En su opinión, la dimisión de Pérez Molina es un buen precedente para Guatemala y para América Latina en general.
El exembajador en Guatemala señaló que el vicepresidente Alejandro Maldonado asumirá el cargo como interino hasta que efectúen las próximas elecciones. De igual manera, indicó que se deberá escoger un nuevo vicepresidente y así como también renovar el Congreso.
Maldonado se quedaría en el cargo hasta el 14 de enero del próximo año, cuando debía terminar el período original de Pérez Molina.
Con respecto al tema de abstención electoral, manifestó que antes de renunciar Otto Pérez se calculaba una gran suma de abstención debido al alto índice de corrupción, pero luego de su dimisión es probable que suceda todo lo contrario en los próximos comicios.
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