La precandidata presidencial de EE.UU. Hillary Clinton prometió hoy a los puertorriqueños que si llega al poder buscará que su sistema de sanidad pública sea similar al de otros estados del país, al tiempo que apoyó que decidan ellos mismos su futura relación política con Washington.
EFE
“Como presidenta voy a poner a Puerto Rico en el camino del trato igualitario”, prometió hoy Clinton durante el único acto público que organizó en su breve visita a la isla, en la que buscó fondos y apoyos a sus aspiraciones para ser la candidata demócrata a las elecciones presidenciales que EE.UU. celebrará en noviembre de 2016.
En ese sentido reconoció las “claras desigualdades” en la financiación que reciben los sistemas públicos de salud, como Medicare, y apuntó que “no se pueden mejorar los problemas de salud teniendo problemas económicos como los que hay aquí”.
Pese a esa desigualdad -que se mantiene con el presidente Barack Obama, también demócrata-, apuntó que “no ha habido nadie en el Partido Republicano que apoye a los puertorriqueños” en este sentido.
Recientemente se anunció que los fondos federales que recibe la isla para financiar la sanidad pública sufrirán un recorte del 11 % que el Gobierno local recibe de EE.UU. a través del Medicare Advantage.
Este programa federal -del que se beneficia un 16 % de la población local- da cobertura sanitaria a ancianos, discapacitados y enfermos graves a través de planes privados de salud.
En conjunto, en Puerto Rico el 60 % de la población tiene cobertura sanitaria a través de programas públicos federales, pese a que los médicos reciben reembolsos muy inferiores a los que obtienen sus colegas en EE.UU., lo que a su vez está llevando a una enorme emigración de doctores (unos 400 al año).
El recorte causará una migración de los pacientes a Mi Salud, el programa local de cobertura sanitaria, lo que puede suponer un sobrecosto de entre 400 y 800 millones de dólares para un sistema que ya tiene serios problemas de liquidez, y en una isla que está sumida en una recesión desde hace una década.
Las autoridades locales se quejan de que Puerto Rico recibe la mitad de las tasas de los fondos para el sistema de salud en comparación con los demás estados. Sin embargo, sus ciudadanos pagan los mismos impuestos de seguro social y Medicare que los residentes de EE.UU.
“Los servicios de salud que reciben los puertorriqueños son dispares e inconsistentes y esto no debe continuar así. Necesitamos el mismo nivel de solidaridad”, defendió la esposa del expresidente Bill Clinton, que tampoco eludió pronunciarse sobre la controvertida cuestión del estatus político de la isla.
Al respecto coincidió con otros de sus rivales políticos en que la decisión la deben tomar los puertorriqueños y “cualquier opción que resulte del próximo plebiscito tendrá que ser respetada”.
“Esto es vital para el futuro de Puerto Rico y de EE.UU. también, porque habla de su sistema democrático”, dijo Clinton, quien reconoció que “muchos estadounidenses no saben que los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses y en ocasiones les cuestionan si tienen la ‘green card’ (permiso de residencia)”.
“Ustedes serán parte de mis prioridades y empezaré (a trabajar en ello) cuando juramente en enero de 2017” no dudo en prometer durante su intervención a las decenas de puertorriqueños que acudieron a escucharla, y entre los que se encontraban destacadas autoridades locales.
A las puertas del centro donde tuvo lugar su intervención se reunieron hoy decenas de personas que le reclamaban un compromiso de abogar por la liberación del independentista puertorriqueño Óscar López, que lleva 34 años en prisión en EE.UU. por conspiración sediciosa.
Al respecto, y durante una rueda de prensa posterior, se limitó a señalar que “respeta” el proceso judicial en curso y que para su liberación “tendría que haber una recomendación de parte del presidente” Barack Obama, algo que dijo desconocer.
Sobre lo que sí se pronunció claramente a favor de los intereses de Puerto Rico fue sobre su insistente petición de que se le permita acogerse a la Ley federal de Quiebras, lo que permitiría a sus empresas públicas declararse en bancarrota.
Este apoyo la distancia enormemente del que podría ser su rival en las urnas Marco Rubio, que también hoy visitó la isla y se mostró en contra de esta iniciativa.