María Corina Machado ha estado recorriendo el país desde hace años. Recientemente estuvo en los estados Sucre y Lara. “En contacto permanente con le gente de todos los estratos sociales de mi país” nos dice al abordarla. El pasado jueves 1o de septiembre la jueza Susana Barreiros sentenció a Leopoldo López a 13 años, 9 meses y 7 días de prisión, una condena que ha levantado el repudio nacional e internacional. Buscamos la opinión de la líder de Vente Venezuela al respecto y de otros temas de interés nacional. Esto fue lo que nos dijo.
LP: ¿Qué implicaciones para Venezuela considera Ud. que tendrá la sentencia condenatoria contra Leopoldo López?
MCM: La condena a Leopoldo demuestra que el régimen cubano no conoce a los venezolanos. Esta orden, dictada en la Habana y cumplida, al pie de la letra por Maduro, es un error garrafal. Ya ha tenido consecuencias profundas dentro y fuera del país.
En Venezuela, de punta a punta, la gente ha reaccionado consternada; no porque no se espere cualquier atropello o locura del régimen a estas alturas, sino porque la condena a Leopoldo es una monstruosidad y es un error político enorme.
L.P: ¿Porqué es la condena a López un error tan definitivo en su opinión? Hay quienes opinan que el efecto desmoralizador puede ser muy grande, llegando incluso a intimidar a otros líderes políticos.
MCM: Desde luego, eso es lo que esperan los cubanos y Maduro, pero lo que pasa es que en su ceguera y soberbia no se dan cuenta de que sus atropellos ya no provocan miedo en la gente, sino una profunda indignación. Esta semana, me decía Petra, una mujer que tiene un puesto en la carretera de Guanare: “te aplastan, te aplastan, hasta que te dices a ti misma: ¡se acabo! ¿Miedo? Ya no más. ¿Qué más me pueden quitar, si hasta el sueño me han arrebatado? Ahora me tengo que levantar a las 2:00 am para hacer la cola”. Allí se resume el origen del terror, que el régimen con sobrada razón, le tiene hoy al pueblo venezolano.
Y de cara al mundo, la sentencia a Leopoldo es la condena final al régimen de Maduro. Aquellos que aún se resistían a llamar al régimen por su nombre, ya lo afirman: es una dictadura de facto. Y aquellos que pensaron que, por intermedio de los cubanos, lo podían persuadir de actuar con una mínima sensatez, ya entendieron que esta gente no entiende por las buenas.
L.P: ¿Qué significa eso de que no entienden por las buenas? ¿Que el régimen no va a mantener la ruta electoral?
MCM: Significa que están dispuestos a todo para mantenerse en el poder. El régimen sabe que su derrota electoral el 6D representa mucho más que perder el control electoral de la Asamblea Nacional y por eso, no descartan nada: un fraude grotesco, hacer elecciones parciales o suspenderlas indefinidamente. Cualquier de estas opciones tendría altísimos costos políticos, y por ello avanzan aceleradamente en la militarización del país y en el control total de la sociedad.
L.P: ¿Qué es eso de “elecciones parciales”?
MCM: Una típica maniobra cubana. Ellos saben que nadie, ni dentro de sus propias filas, se va a creer una victoria oficial el 6D. Más del 80% del país expresa su rechazo a este modelo y su anhelo de cambio urgente, incluso en las encuestas pagadas por el régimen, que lamentablemente son la mayoría. Este repudio al régimen crece día a día y todos los ciudadanos lo sentimos: civiles y militares. Por eso, un fraude electoral traería un rechazo total, dentro y fuera del país, que el régimen no soportaría.
La otra opción que se plantean, posponer las elecciones con cualquier excusa, por grotesca que sea, es equivalente a aceptar la derrota electoral y es por lo tanto la derrota política del régimen. Por eso, no dudo que los cubanos estén tramando un esquema que les permita evadir estos costos: hacer elecciones en solo una parte del país. Podrían usar el estado de excepción en Táchira, Zulia y otros lugares que serían objeto de nuevos decretos como excusa para posponerlas allí. Esto sería violatorio tanto de la Constitución como de la Ley Orgánica de Estados de Excepción que establecen, claramente, que no se puede suspender la garantía al derecho al sufragio, es decir, no pueden suspender los procesos electorales. Por supuesto, es un esquema que los ciudadanos no podemos aceptar y que la oposición tiene que impedir.
L.P: Usted dice que el régimen se propone la militarización y el control total del país. En medio de este contexto, ¿considera posible que tengan lugar unas elecciones en las que se exprese libremente la soberanía popular?
MCM: Por supuesto que no. En Táchira y en Zulia se está produciendo una ocupación militar. Se han desplazado fuerzas militares que son obligadas a ejercer funciones de “seguridad ciudadana” y control fronterizo que deberían ser realizadas por civiles, pero que en realidad buscan crear un clima de intimidación colectiva y absoluta discrecionalidad, para aplastar –amparados en la suspensión de garantías constitucionales- cualquier expresión de descontento popular.
Las violaciones a los derechos humanos de colombianos y venezolanos en la frontera, en estos días, han sido tan crueles, que el gobierno colombiano ha tenido que reaccionar.
El régimen, además, pretende aislar a la sociedad venezolana, construir una suerte de Muro de Berlín, físico, tecnológico y económico: cada vez es más difícil salir del país, adquirir dólares, llamar al exterior, conectarse a internet; y ahora se cierra la frontera…
Por eso, ahora es aún más urgente nuestra exigencia de contar desde ya con misiones de observación y mediación internacional calificadas, que registren y denuncien los atropellos y trampas del régimen que pretenden impedir que la soberanía popular se exprese y respete el 6D.
LP: ¿Qué cambios considera usted desencadenará en los venezolanos la sentencia de López?
MCM: La condena de Leopoldo López tiene que provocar, que de una vez por todas, todos los que estamos decididos a cambiar el régimen y transformar a Venezuela, llamemos a la dictadura por su nombre; y asumamos que ésta no es una lucha electoral, sino existencial. Que no basta con llamar a votar y hacerlo, sino que con más fuerza que nunca hay que presionar cívicamente en la calle y desenmascarar el fraude.
La libertad de Leopoldo López está en nuestras manos y yo que conozco al pueblo venezolano, sé que a Leopoldo, a Antonio, a Daniel, a los estudiantes, a todos los presos políticos y a Venezuela entera la vamos a liberar muy pronto. Exigiremos, letra a letra, que se cumpla la Constitución Nacional.