La policía cubana detuvo el domingo a unas 50 personas cuando un grupo disidente predominantemente católico romano lideró una marcha el domingo en La Habana, menos de una semana antes de una visita del Papa Francisco al país gobernado por el Partido Comunista, reseñó Reuters.
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Estas detenciones se han convertido en algo común después de las marchas regulares de los domingos de las Damas de Blanco, un grupo que ha criticado a la Iglesia Católica Romana y al cardenal cubano Jaime Ortega por no defenderlo ante el gobierno cubano.
La líder de las Damas de Blanco Berta Soler dijo a Reuters que las mujeres planeaban presenciar las misas de Francisco en La Habana y Holguín en su visita a Cuba del 19 al 22 de septiembre. El papa también visitará Santiago de Cuba.
“Lo que le diría al papa es que cese la violencia policial contra la personas que quieren participar o ejercer su libertad de manifestaciones públicas”, dijo Soler.
El gobierno cubano considera a los disidentes como provocadores que están financiados por grupos anticomunistas en Estados Unidos, parte de un esfuerzo para desestabilizar al gobierno en La Habana.
En su marcha semanal después de la misa en la iglesia católica de Santa Rita en La Habana, unas 40 de las mujeres, acompañadas por alrededor de una docena de hombres, marcharon fuera de su camino autorizado por una calle lateral donde se encontraron con unos 200 partidarios del gobierno y policías.
Mujeres policías empujaron y llevaron a las mujeres a autobuses mientras algunas se sentaban en un intento para resistir. Los hombres fueron esposados y enviados a autos y camionetas de la policía.
Incidentes similares han ocurrido en los últimos meses y los detenidos fueron liberados pronto. Los disidentes han dicho que unas 100 personas suelen ser detenidas cada domingo a lo largo de Cuba.
En agosto, la policía cubana detuvo a 768 disidentes por su actividad política, el total mensual más alto en lo que va de este año, de acuerdo con la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Entre los detenidos el domingo se encontraba José Daniel Ferrer, jefe de la Unión Patriótica de Cuba, la mayor organización disidente del país. Fue liberado una hora después.
“La iglesia debe de estar preocupada por esto o cualquier asunto de derechos humanos”, dijo Ferrer después de que la policía lo esposó, lo llevó a una estación y luego lo dejó en una terminal de autobús. “Es un deber”, sostuvo.
La Iglesia dice que defiende los derechos humanos ante el gobierno pero que no puede involucrarse en causas políticas partidistas.