El dólar superó hoy los 4,0 reales por primera vez en la historia de Brasil y la moneda brasileña acumula una depreciación de cerca del 50 % en lo que va del año, presionada por la crisis política y económica en la que está sumergido el país. EFE
El billete verde abrió la jornada por encima de los 4,0 reales, una barrera psicológica que nunca había sido sobrepasada desde la entrada en circulación del real, moneda creada en 1994 como una salida a la crisis económica de la época.
El dólar solo llegó a los 4,0 reales en octubre de 2002, cuando los mercados financieros estaban asustados con la elección como presidente de Luiz Inácio Lula da Silva, considerado por muchos de los inversores de la época como un izquierdista radical.
Trece años después, el real vuelve a estar fuertemente presionado y acumula una depreciación de cerca del 50 % en lo que va de año, lastrado por las turbulencias económicas y políticas de Brasil, y las dudas sobre China, la segunda mayor economía del mundo.
Este martes, el dólar alcanzó una marca histórica en el país suramericano impulsada por la caída de las bolsas europeas y por un “escenario más nebuloso para la economía global”, según dijo a Efe el analista Joao Paulo de Gracia Correa, de la correctora SLW.
“Atravesamos un momento bastante difícil. El escenario externo es malo, pero en Brasil peor. Para revertir aquí la situación el Gobierno debe ser ágil y trabajar con mayor rapidez”, subrayó el analista.
El mercado también está preocupado por los próximos pasos del Congreso brasileño, que hoy tiene previsto debatir sobre los vetos del Ejecutivo a algunas medidas que incrementarían el gasto público, que el Gobierno intenta controlar para sanear las maltrechas cuentas.
“Los políticos tienen que pensar más en el país y no en sus propios partidos”, recalcó De Gracia.
La pasada semana el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, anunció una serie de medidas para revertir el déficit fiscal de 0,5 % del PIB que prevé para 2016, las cuales pasan por más recortes de gasto y un nuevo tributo a las operaciones financieras.
Con estas medidas, el Gobierno quiere evitar una nueva rebaja por parte de una agencia calificadora de riesgo, después de que Standard & Poor’s (S&P) redujera recientemente la nota de Brasil al nivel BB+, considerado como de “bono basura”, lo que supuso retirarle el “grado de inversión” que califica a los buenos pagadores.