En 2012, con el precio del crudo por las nubes, Delta dio el inusual paso de comprar una refinería. Ahora, en otro escenario, la aerolínea se declara muy satisfecha con su gestión innovadora del combustible. Entrevista con Patrick Callan, director de Operaciones. Aeronoticias.com.pe
Con el kerosén aéreo como insumo crítico y uno de sus mayores costos, la gestión de los flujos de combustible es decisiva para la operación y para la salud financiera de las líneas aéreas. Patrick Callan, director de Abastecimiento de Combustible y Operaciones en Delta, explica los enfoques innovadores que la aerolínea estadounidense viene adoptando desde 2012, año en que dio el inusual paso de comprarle una planta en desuso a ConocoPhillips y convertirse así en la primera aerolínea del mundo con refinería propia.
– Como director de Abastecimiento de Combustible de una compañía que opera más de 5.000 vuelos diarios en 1.250 aviones ¿cuáles son sus principales responsabilidades?
– Dirijo un equipo que supervisa todos los aspectos del suministro de combustible, desde los contratos de compra hasta el punto de entrega a las aeronaves en la pista. En resumen, me aseguro de que tengamos la cantidad de combustible para aviones que necesitamos al mejor precio y calidad posible, donde lo necesitamos y cuando lo necesitamos.
– Cómo se compra el combustible de avión?
– Debido a las grandes cantidades de combustible para aviones que utiliza Delta, no podemos sólo comprarlo a medida que hace falta, como lo hacemos para un auto. El proceso empieza con el llamado a ofertas a los proveedores de combustible para avión, esencialmente para el suministro en determinados aeropuertos.
Pero si bien la compra y las operaciones se han centralizado, individualmente negociamos contratos de combustible aéreo en cada uno de los 350 aeropuertos en los que servimos, dependiendo de las situaciones logísticas y económicas particulares de cada una de las locaciones.
– ¿Cómo se transporta el combustible?
– El combustible de avión se distribuye a través de un complicado sistema que incluye tuberías, barcos, ferrocarril y camiones. Las tuberías son la forma más rentable de conseguir combustible para un aeropuerto, mientras que el transporte carretero tiende a ser el más caro. Nuestro equipo se ocupa de buscar el método de transporte más eficiente, mientras se asegura de que no surjan problemas en el abastecimiento.
El enfoque integrado de Delta para la compra de combustible también nos permite administrar los “camiones cisterna” de forma dinámica, básicamente para cargar más combustible en los aeropuertos de bajo costo y no tener que consumir tanto en las estaciones más caras.
– ¿Por qué algunos aeropuertos tienen inconvenientes de suministro de combustible?
– Diferentes aeropuertos tienden a tener distintos problemas que pueden afectar el abastecimiento. La ciudad de Nueva York, por ejemplo, tiene una alta congestión: gran cantidad de aerolíneas que demandan combustible y sólo una tubería disponible para entregarlo. Esto hace que el suministro pueda escasear a veces, pese al oleoducto que circula constantemente.
“Pensaban que estábamos locos”
– En el 2012, Delta adquirió a la petrolera ConocoPhillips, como parte de su estrategia para protegerse contra la exposición a los costos marginales de la producción de combustible áreo, rubro que por entonces era su mayor gasto. Hoy, con el precio del combustible a menos de la mitad que entonces ¿Sigue resultando una inversión acertada?
– En ese momento, todo el mundo pensaba que estábamos locos, pero fue un paso valiente para una aerolínea y está empezando a rendir frutos realmente. Delta pagó US$150 millones por la refinería y ahora ha logrado hacerla producir a un ritmo que excede ingresos de US$300 millones anualmente. A Delta le da muchas ventajas sobre la competencia. Una ventaja clave para nosotros es que la instalación envía combustible de avión refinado a través de oleoductos a Nueva York, lo que ayuda a mantener un flujo constante de combustible hacia ese punto neurálgico.