Un nuevo período escolar comenzó en nuestra convulsionada Venezuela. Un regreso a clases muy complicado, sin precedentes; caracterizado por la dificultad de millones de padres para adquirir los útiles y uniformes de sus hijos. ¿Y cómo no si los precios de estos artículos subieron hasta 400 por ciento en 6 meses?
Es inaceptable y contradictorio que mientras millones de estudiantes retoman las aulas con cuadernos reciclados, y las amas de casa siguen haciendo largas colas para intentar comprar productos tan básicos como harina de maíz, pasta, leche o azúcar, el presidente Nicolás Maduro tenga la desfachatez de anunciar la compra de 12 nuevos Sukhoi. Un gasto mil millonario, y en dólares, que pudiera invertirse en educación, salud y alimentación; tres derechos fundamentales consagrados en nuestra Constitución que desde hace rato son ignorados por este desgobierno.
¿Cuántas escuelas se pudieran construir y recuperar; cuántos libros y cuadernos se pudieran comprar con los casi 500 millones de dólares que gastará Maduro en los aviones de guerra que negociará con Rusia?
¿Cómo es que privilegiamos la guerra, ignorando la educación de todo un pueblo?
La realidad es que la paz, ésa que soñamos cada uno de los venezolanos, no la lograremos comprando equipos bélicos, ni cerrando fronteras, ni haciendo ejercicios militares, sino a través de los libros, de la lectura y de las matemáticas, porque la educación nos hace libres, productivos, responsables y nos acerca al progreso.
Por eso estamos convencidos de que será con formación, enseñanza y cultura que rescataremos a nuestro golpeado país. Bien lo decía Mahatma Gandhi: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”. Y será a través de ese camino de la paz, de la reconciliación y de la unión que lograremos un cambio de rumbo para Venezuela.
Que nada ni nadie detenga nuestras ganas de vivir en progreso, y que nuestra fuerza se traduzca en votos el próximo 6 de diciembre. La nación que soñamos podemos materializarla si participamos con la convicción de que seremos mayoría en la Asamblea Nacional.
¡Por Venezuela vale la pena seguir luchando!