La emblemática producción ganadera de Argentina, que había sufrido un retroceso de décadas por el auge de la agricultura, empezó a recuperar su viejo esplendor empujada por la fuerte caída de los precios internacionales de los granos.
Reuters
El ‘boom’ de la agricultura y sus precios, en particular de la soja, provocó desde comienzos del siglo una fuerte expansión de la superficie agrícola en el país, pero el actual desplome a sus valores más bajos en seis años está permitiendo que las vacas vuelvan a poblar muchos campos.
Además, las regulaciones que el Gobierno aplica sobre los mercados agropecuarios afectan actualmente más a las exportaciones que a los precios domésticos, lo que favorece a la carne, que es comerciada mayormente en Argentina.
“La recuperación va a ser lenta, pero la expansión de la ganadería se va a sostener en el tiempo”, dijo a Reuters Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra).
Los campos con tierras menos fértiles, que tienen rendimientos agrícolas más bajos, son los que están en la mira de los productores para desarrollar la ganadería.
“Con las actuales condiciones de precios, los suelos que fueron agrícolas porque daban 1.800, 2.200 kilogramos de soja (por hectárea) van a volver a ser ganaderos. Los que te den 4.000 kilogramos de maíz van a ser recuperados”, agregó.
En promedio, los campos de soja suelen dar una producción cercana a las 3 toneladas por hectárea, mientras que los de maíz arrojan habitualmente cerca de 8 toneladas.
“La ganadería argentina está hoy en una recuperación muy importante. Muchos campos que estaban dedicados a la producción de granos están recuperando su capacidad ganadera”, dijo la semana pasada el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela.
CAMPOS EN JUEGO
Pese a ser históricamente reconocida por su carne bovina, en los últimos años la superficie utilizada para pastoreo en Argentina se redujo un 40 por ciento a 20 millones de hectáreas, para ser dedicada a la agricultura, estimó Casamiquela.
En las últimas semanas, los futuros de la soja y del trigo alcanzaron su valor más bajo en años en el influyente mercado de Chicago. Los precios globales del maíz también registraron fuertes retrocesos en el último año.
Arrastrados por los precios bajos, la superficie destinada al maíz y el trigo caerá con fuerza en la temporada 2015/16, a sólo 3,3 y 3,4 millones de hectáreas, respectivamente, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Aún no está claro qué sucederá con el área de soja, el cultivo más importante del país.
De acuerdo con Gustavo López, director de la consultora Agritrend, existen por lo menos 5 millones de hectáreas agrícolas que pueden volver a utilizarse como tierra ganadera.
“Hoy la ganadería puede convivir con la agricultura, mientras que en zonas marginales es el único recurso que está teniendo el productor”, dijo Gonzalo Álvarez Maldonado, titular del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA).
Según Ciccra, hay muestras claras de que los productores están incrementando su rodeo, como la caída al nivel más bajo en tres años -a sólo el 40,1 por ciento- de la faena de hembras.
Datos oficiales muestran que el rodeo bovino argentino se expandió a 51,6 millones de animales en el 2014, desde los 50 millones de cabezas del año previo.
En el noroeste de la provincia de Buenos Aires “ha habido cambios (hacia la ganadería), aún de baja escala pero, de mantenerse los actuales precios, va a ser una tendencia”, dijo Bernard Courreges, productor del distrito de General Villegas.
Courreges agregó que muchos productores aguardan los resultados de las elecciones presidenciales de octubre para tomar decisiones sobre la matriz productiva de sus campos.
El Gobierno de Cristina Fernández aplica elevados impuestos y restricciones a la exportación de los principales cultivos del país y de carne, políticas que el sector agropecuario espera que sean revistas por su sucesor.
“Los bajos precios y las retenciones (impuestos a la exportación), y eso en conjunto con la política restrictiva en materia de exportación, ha sido una fórmula más explosiva, que en realidad ya no se aguanta el año próximo”, dijo López.