La realidad venezolana es de una dinámica tan intensa que en pocas semanas, días e incluso horas todo lo presupuestado meses atrás queda barrido por una nueva situación imprevista. Jesús Castro/ Diario El Tiempo
Un ejemplo reciente y notorio lo constituye la medida del gobierno del presidente Nicolás Maduro, de declarar el estado de excepción y cerrar la frontera con Colombia.
Primero se aplicó en el estado Táchira (21 de agosto), luego en el Zulia (7 de septiembre) y en Apure (15 de septiembre).
Esto le dio un giro de tuerca a la cotidianidad en la cual se desenvolvían los empresarios venezolanos y ahora la adaptación es la máxima de este sector con los respectivos costos de operación que acarrea.
Esta nueva situación se suma a otras que han golpeado al mercado venezolano en al menos los últimos tres lustros, como el establecimiento de controles cambiarios y de precio, leyes regulatorias, el contrabando, las fiscalizaciones y recientemente el aumento de la escasez con la posterior aparición de los “bachaqueros”.
Y aunque el pasado lunes se celebró en Quito (Ecuador) una reunión bilateral entre Maduro y Juan Manuel Santos (presidente de Colombia), tanto la ciudadanía como los sectores productivos de ambos países esperan el regreso a la normalidad, más allá del retorno inmediato de los respectivos embajadores de Venezuela y Colombia y la reunión de ministros para seguir tratando el “drama” fronterizo.
Ante este panorama, los agremiados pertenecientes a la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) se mantienen, según palabras del presidente del ente, Francisco Martínez, “resistiendo lo mejor que pueden”.
Todos pierden
Para Martínez, quien está al frente del máximo gremio empresarial desde en julio de este año, las políticas adelantadas por el Gobierno distorsionan el mercado nacional y aseveró que lo que sucede en el país no deja a ningún sector como ganador, sino que, por el contrario, en Venezuela todos pierden.
– ¿Qué opina Fedecámaras sobre la declaración de estado de excepción?
-Nos ha parecido una medida un tanto desproporcionada porque Venezuela ha tenido con anterioridad conflictos más intensos, que han ameritado declarar el estado de excepción y no se había llegado a esa medida. Sabemos que hay irregularidades en la frontera, pero no vemos la necesidad de declarar un estado de excepción que está afectando a todos los sectores sociales.
– ¿Cómo ha afectado el cierre de la frontera con Colombia al empresariado?
-Las cámaras de comercio de las entidades bajo régimen del estado de excepción han registrado pérdidas.
-¿Cuáles rubros se han visto afectados con el cierre?
-De Colombia vienen material para tendidos eléctricos, tuberías de PVC (construcción), rieles y materiales para el metro, telas para uniformes; nylon (para cauchos), resinas, monómeros (fertilizantes), ácido sulfúrico (para jabones de lavar y tocador); semillas de maíz blanco y amarillo, semillas de caraotas, telas sin tejer (para pañales), así como productos terminados como Listerine, cremas dentales, vitaminas, materia prima para medicinas (entre ellas para hipertensión), aislantes para transformadores (electricidad) y químicos tanto para bebidas alcohólicas como no alcohólicas. En paralelo se dejan de enviar a Colombia químicos, gas butano, gasolina por cooperativas autorizadas y otros productos que genera la empresa petrolera.
-¿Cómo se hace para que esos productos sigan llegando al país?
-Se deben buscar otras vías como las marítimas o aéreas que incrementan los costos de operación porque traerlos por la vía terrestre es la más económica.
– ¿Cuánto tardará en llegar los productos a través de esas vías?
-Lo que tardaba una semana ahora tardará al menos dos o tres semanas.
– ¿En cuánto se incrementan los costos de operación con ese desvío?
-Aún no tenemos las cifras calculadas.
– ¿Qué le pide Fedecámaras al Gobierno?
-Que los presidentes Nicolás Maduro (Venezuela) y Juan Manuel Santos (Colombia) lleguen muy pronto a entendimientos y limen las asperezas entre ambos gobiernos para que se anulen las medidas del estado de excepción y el cierre de la frontera. Pero es que además existe un problema mayor al del paso de mercancías de un país a otro y es el de la integración social y familiar que existe en la frontera que se ha visto golpeado. En la frontera hay una nación entre dos naciones con sus relaciones sociales que están totalmente cerradas, incluso se han dividido familias y afecta a los dos gobernantes que deben tomar esta situación como aspecto con alta prioridad dentro de este problema.