Un edificio que por su estructura demuestra la antigüedad es lo primero que se percibe al llegar al Hospital Dr. José Gregorio Hernández. Su fachada de tono gris, blanco y rojo por las dos alas dispuestas para emergencia de pediatría y adultos, pareciera dar fe de buenas condiciones infraestructurales y de servicio; sin embargo, el ambiente cambia cuando se pasa por la entrada principal de este centro de salud, que hace escasos dos meses cumplió 73 años al servicio de los trujillanos. Diario Los Andes
La luz natural del sol y la luna se refleja en el epicentro del sitio, el cual tiene pocas sillas para la cantidad de familiares que aguardan por una cita o por trámite interno. La vigilancia supervisa la entrada de cualquier persona a las áreas de emergencias, Unidad de Diabetes, Unidad de Diálisis, fisiatría, dirección, laboratorio y sala de traumatología.
Una reja restringe el acceso a rayos X, quirófanos y hospitalización, pero quien entra por los pasillos opacos de esta zona se encuentra con dos realidades desiguales. Justo al lado de los quirófanos están dos ascensores, uno dañado desde hace más de cinco años, y las escaleras que dirigen al primer piso (pediatría), donde se avista las viejas habitaciones que ocupan sin aire acondicionado enfermos y familiares.
Testimonios
Allí estaba Rosa Elena Delgado acompañando preocupada a su hijo de 12 años, quien sufrió fractura de muñera cuando jugaba en un parque de Santa Ana. Al ser abordada, inmediatamente se refirió al mal servicio del hospital. No concibe que haya tenido que gastar dinero –además del invertido en los medicamentos e insumos– en el traslado hasta el Seguro Social para realizarle una placa a su pequeño, porque Radiología no está en funcionamiento por presentar problemas la procesadora de químicos. Además, desde hacía tres meses no había fijadores y reveladores, lo que significa que ha sido inconstante el servicio.
“Hay personas como yo que no tenemos las posibilidades de comprar lo que nos piden. Soy del campo y me angustia que la mano de mi niño quede mal porque necesita una operación y los médicos de aquí me dijeron que hasta finales de noviembre debía esperarme”, relató. También dijo que en la habitación hace mucho calor, no sirve el lavamanos, la comida que le dan a su niño es insuficiente, las camas están deterioradas y no tiene silla donde descansar.
Por su parte, Saira Rojas, residente de El Batatillo, comentó que tuvo que comprar tres frascos de soluciones y medicamentos porque en el referido hospital no hay. Igual ha padecido por un examen de laboratorio que allí no realizan. Sin embargo, enfatiza que la atención y la comida son buenas.
Esta situación de Pediatría no se repite en los pisos dos (maternidad), tres (medicina general) y cuatro (cirugía). Estas áreas sí están totalmente acondicionadas. Los equipos, las camas, los baños y demás artículos parecen ser nuevos.
No obstante, y pese a las condiciones de ambiente, Yenny Peña cuenta que cuando fue a dar a luz le pidieron el kit de la paratomía e insumos, “de jeringas en adelante”. Entre tanto, Rosalba González, pese a los gastos del parto, agradeció el servicio, ya que fue referida de Boconó porque los quirófanos en ese municipio –de acuerdo a lo que le dijeron– están dañados y contaminados.
Recomendaciones
Solimar Trejo se encontraba en Medicina General. Su señor padre sufrió hace ocho días un ACV, pero ya está estable y recluido en aislamiento. La única recomendación que hace Solimar a la dirección del hospital que lleva por nombre el del el insigne médico trujillano, es que realicen una fumigación, porque en el sitio hay muchas chiripas.
Aun cuando no se pudo conocer la posición de los directivos con respecto a las condiciones de la sede asistencial, pacientes y familiares exhortan a las autoridades competentes para que terminen de acondicionar las áreas de servicios, doten de insumos y habiliten más unidades de ambulancias para el traslado y emergencias de los enfermos.
Requieren insumos
La asistente del ministro de Salud, Andreína Quevedo, informó que el hospital JGH recibió 421 mil 404 insumos, entre ellos, catéteres, suturas, hojillas, sondas y materiales de esterilización. Sin embargo, pacientes y trabajadores que prefirieron el anonimato aseguran que presentan deficiencias en este sentido.