El frío comienza a instalarse mientras migrantes siguen llegando a Croacia

El frío comienza a instalarse mientras migrantes siguen llegando a Croacia

Migrants and refugees carry their belongings from bus as they prepare to cross the Croatian -Hungarian border in village of Baranjsko Petrovo Selo, near the North-Eastern Croatian town of Beli Manastir, on October 2, 2015. The Croatian sun has given way to rain and the temperature has dropped, but refugees and migrants continue to stream into the country, forcing officials and charities to scramble to prepare for wintry conditions. More than 90,000 migrants, many of them fleeing conflict in the Middle East, have transited through Croatia since mid-September after EU member Hungary closed its border with Serbia, forcing them to find a new route.   AFP PHOTO / ELVIS BARUKCIC
Migrants and refugees carry their belongings from bus as they prepare to cross the Croatian -Hungarian border in village of Baranjsko Petrovo Selo, near the North-Eastern Croatian town of Beli Manastir, on October 2, 2015. The Croatian sun has given way to rain and the temperature has dropped, but refugees and migrants continue to stream into the country, forcing officials and charities to scramble to prepare for wintry conditions. More than 90,000 migrants, many of them fleeing conflict in the Middle East, have transited through Croatia since mid-September after EU member Hungary closed its border with Serbia, forcing them to find a new route.
AFP PHOTO / ELVIS BARUKCIC

Miles de migrantes siguen afluyendo a Croacia, donde el frío y la lluvia han comenzado a instalarse, lo que complica para las autoridades y las ONG el manejo de esta crisis inédita que podría durar mucho tiempo. AFP

“Ha empezado a hacer mucho frío. Para alguien de mi país no es nada fácil”, cuenta Ahmad, un estudiante sirio de 22 años, vestido con una sudadera, una chaqueta y una manta contra la lluvia. Junto a él, otros compañeros de ruta titiritan, mientras cruzan por el camino de Bapska, por donde los migrantes pasan de Serbia a Croacia.

Pese a los escasos 12ºC, el viento y la llovizna, son pocos los que se quejan mientras esperan ser trasladados al campamento de tránsito de Opatovac, ubicado a una docena de kilómetros de allí. “Para los adultos, todavía es soportable, es para los niños que comienza a ser difícil”, afirma un sirio de 58 años, que huye de la ciudad de Raqa, convertida en la capital de los yihadistas del grupo Estado Islámico.

En las planicies del este de Croacia, el clima ha cambiado rápido. “Hace unos días, la gente sufría por el calor. Ahora, ha llegado el frío y la lluvia, las temperaturas pueden caer hasta los 5ºC. Los riesgos son la hipotermia y las infecciones respiratorias, sobre todo para los niños”, subraya Nathalie Salles, coordinadora de la misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Croacia, con sede en el campamento de Opatovac.

En este campamento de tránsito de migrantes en Medio Oriente, con capacidad para 4.000 personas, las autoridades comienzan a organizarse.

La situación caótica de los primeros días, en donde miles de personas esperaban varias horas antes de poder entrar, se ha calmado. Los numerosos traslados en autobuses hacia Hungría han hecho caer el número de migrantes a alrededor 250 el martes y varias obras estaban en curso en esta “vitrina” de la acogida de migrantes en Croacia.

¿Una “ruta para el invierno” en el sur? 

Pese a que se ha montado algunos prefabricados con calefacción para acoger a niños y mujeres, la mayoría de migrantes siguen instalados en carpas militares, de donde tienen que sacar cada día el agua de lluvia que se acumula en el techo.

Mientras tanto, persiste la incertidumbre sobre un posible cierre de las fronteras húngaras, lo que bloquearía en territorio croata – donde el invierno es difícil – a miles de migrantes.

Además de en el campamento de Opatovac, Croacia ha recibido a migrantes en Zagreb, donde hay una capacidad de acogida de entre 1.500 a 2.000 personas, y en Beli Manastir (alrededor un centenar), cerca de la frontera con Hungría.

También existen otros centros provisionales en Kutina, Sisak y Jezevo (800 a 900 personas en total), a unas docenas de km de Zagreb, o Cepin (noreste), pero podrían estar saturados rápidamente por las miles de personas que llegan cada día de Serbia.

El gobierno descarta un rumor, alimentado por la oposición en campaña para las elecciones legislativas de noviembre, de una nueva puerta de entrada de migrantes por Montenegro, en el sur del país, en la región de Dubrovnik, joya del turismo croata, donde el clima es más clemente.

Algunos la llaman ya “la ruta para el invierno” pese a que la “bura”, un viento frío y seco se levanta por el norte, y el terreno accidentado dificultaría el paso, o incluso lo haría peligroso.

El gobierno ha asegurado que intentará convencer a los migrantes que no pasen por este camino, pero las autoridades regionales se preparan a cualquier eventualidad y preparan antiguas instalaciones militares en la península de Prevlaka.

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