La vida del máximo goleador del Real Madrid es la historia de una superación. Nacido en un barrio pobre de Funchal, Santo Antonio, era el niño que vivía en una chabola con tejado de uralita. Las goteras que inundaban su morada le hicieron tan fuerte como la dura realidad familiar de su casa. Su padre, José Dinis Aveiro, jardinero municipal de Funchal, era un alcohólico. Murió a los 52 años, víctima de una enfermedad hepática. Y su madre, Dolores, fue su apoyo a lo largo de toda su existencia.
Según una crónica publicada por el diario ABC de España, Cristiano vivió una vida dura. Con doce años se marchó a Lisboa. Vivió en la humilde Pensión Dom José, cerca de Marquéz de Pombal, donde disfrutaba de “una habitación con baño privativo” (privado). Costaba 25 euros diarios. Allí compartía vida con otros jugadores. Los compañeros se reían de su acento “de pueblo”. Incluso una profesora del colegio, a la que plantó cara. “Casi le echan, pero se acabaron las mofas, era orgulloso”, destaca Aurelio Pereira.
Lea la historia completa aquí: ABC de España