En este sentido, los sectores oficialistas intentan encapsular a la oposición con los Estados de Excepción violentando normativas fundamentales constitucionales, procedimentales y de sustentación política, con el objeto de dificultar el desarrollo del proceso electoral, pero además, el marco y la excusa para violentar los derechos humanos y contravenir Convenios y Tratados firmados por Venezuela como son el Pacto sobre Derechos Civiles y Políticos, la Convención Interamericana de los Derechos Humanos, así como, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sobre los cuales, el Gobierno Bolivariano de Venezuela debe asumir su responsabilidad como agente internacional y sujeto del Derecho Internacional.
Es importante destacar, que la afectación del Estado de Excepción es el reflejo de una estrategia electoral, que tiene como objeto reducir no solo a la oposición sino al ciudadano y la intención del voto. Interfiere no solo en el proceso proselitista de la campaña electoral en esos municipios por cuanto un dirigente de la oposición para poder reunirse con un Consejo Comunal tiene que pedir permiso al Gobernador o a la autoridad militar y la respuesta es absolutamente clara, por lo que va también dirigido a afectar la composición en la elección de diputados. Solo con la declaración del Estado de Excepción en los municipios del Estado Táchira y Zulia el gobierno pone en juego o afecta a 22 diputados a elegir. Si elgobierno continúa extendiendo al resto de los Estados fronterizos como ya ha iniciado con Apure(Bolívar y Amazonas), la afectación alcanzaría entonces a 38 diputados (23% del total de diputados a elegir) con la peculiaridad, que en el último proceso electoral en esos Estados, la oposición ha sido favorecido con más del 55% de la votación y que hoy con la crisis política, económica y social se espera según las encuestas un ascenso exponencial. Es precisamente por estas circunstancias que se justifica, en esta oportunidad más que nunca, una Observación Internacional Técnica e imparcial para estas elecciones legislativas en donde el gobierno le intenta poner una camisa de fuerza a la oposición.
El país debe seguir con atención el desarrollo de los Estados de Excepción porque con ellos no solo restringen los derechos humanos, civiles y políticos de los ciudadano venezolanos sino pudiera ser un globo de ensayo para una Venezuela entera en Estado de Excepción y rodeada de alambradas de púa, pero lo más grave, con la preeminencia militar sobre la autoridad civil, algo así como un estado militarizado a lo Chile de Pinochet pero con el ropaje democrático, con la cual pretende avalar con unas elecciones chucutas, fraudulentas en donde ni siquiera a la Observación Internacional se le ha permitido auscultar el proceso que de por sí ya no solo en país nacional y político cuestionan sino la Comunidad Internacional comienza a poner en duda. La realidad que golpea a los venezolanos es que la ecuación perversa del Estado de Excepción-No Observación Internacional=Fraude cantado. Los venezolanos clamamos a la Comunidad Internacional, a esa consciencia democrática que todavía pudiera existir en latinoamericana para que sigan de muy cerca el proceso electoral venezolano del 6D y se conviertan en garante de la voluntad popular del pueblo venezolano y deslegitimen cualquier intento por desconocerla.