El Gobierno de Estados Unidos tildó hoy de “absolutamente falsas y absurdas” la acusación del Ejecutivo de Bolivia de que supuestamente impulsó en 2008 presuntos planes para un golpe de Estado o magnicidio contra el presidente Evo Morales.
EFE
La embajada de EE.UU. reaccionó de esa manera en un comunicado tras la acusación del ministro boliviano de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, de que ese país instaló ese año un centro de operaciones para llevar adelante un golpe o el asesinato de Morales.
“El Gobierno de los Estados Unidos no estuvo involucrado en ninguna conspiración, intento de derrocar al Gobierno de Bolivia o de asesinar al presidente Morales. Este tipo de acusaciones infundadas no contribuyen a mejorar las relaciones bilaterales”, sostuvo la embajada estadounidense en el comunicado.
Según Quintana, los supuestos planes fueron revelados en documentos de Wikileaks desclasificados y usados por los estadounidenses Alexander Main y Dan Beeton en un libro publicado en septiembre pasado.
Esas investigaciones fueron recogidas, entre otros medios, por el portal oficialista ruso Russia Today (RT), al que Quintana utilizó como referencia el sábado pasado para hacer la denuncia.
La delegación diplomática aseguró en el comunicado que en caso de información sobre posibles disturbios sociales u otras acciones hipotéticas todas las embajadas de Estados Unidos convocan a un “Comité de Acción de Emergencia” para proponer planes de contingencia para garantizar la seguridad del personal de la misión.
En 2008, el Gobierno de Morales enfrentó una ola de protestas dirigidas por la oposición en varias regiones del país, que fueron denunciadas por las autoridades como un intento de golpe de Estado.
En septiembre de ese año, el gobernante expulsó al embajador estadounidense Philip Goldberg, acusándolo de ser parte de un supuesto plan de conspiración al haberse reunido con opositores, algo que Washington siempre ha rechazado.
La embajada también señaló que los funcionarios “de las representaciones diplomáticas de todo el mundo tienen la función, garantizada bajo la Convención de Viena y la Convención de Ginebra, de reunirse con representantes de todos los sectores de la sociedad civil y autoridades electas de todas las tendencias”.
También en septiembre del 2008, EE.UU. expulsó al embajador boliviano Gustavo Guzmán, en represalia a la salida de Goldberg.
Desde entonces, los dos países solo tienen relaciones a nivel de encargados de negocios y no han logrado concretar las intenciones expresadas frecuentemente de reponer a los embajadores.
A propósito, Morales reiteró este lunes que no le interesa si hay o no un embajador de Estados Unidos en La Paz y agregó que eso es “deseable, pero no es decisivo” para Bolivia.