El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), firmado ayer entre doce países de tres continentes, puede suponer una “sacudida” que incentive la integración de Latinoamérica, afirmó hoy el presidente del Consejo Empresarial de América Latina (Ceal), el brasileño Ingo Plöger. EFE
“Para nosotros es una señal muy clara de que necesitamos integrarnos”, dijo el responsable del Ceal en declaraciones a periodistas, un día después de la firma del ambicioso acuerdo que creará una zona libre de aranceles que representa alrededor del 40 % del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.
El TPP fue suscrito este lunes en Atlanta (EE.UU.) por Estados Unidos, México, Perú, Chile, Canadá, Japón, Malasia, Singapur, Vietnam, Brunei, Australia y Nueva Zelanda.
Plöger relativizó las versiones más alarmistas que prevén una caída de las exportaciones de Brasil y otros países latinoamericanos hacia el nuevo bloque.
El responsable del Ceal señaló que el impacto del TPP en el comercio con terceros países no será automático, puesto que el tratado deberá ser ratificado por todos los países signatarios y porque la disminución de los aranceles será “gradual”.
“Perder las ventas es un escenario que puede ocurrir si no hacemos nada y sí lo estamos haciendo”, dijo Plöger, en alusión a los contactos que Brasil ha iniciado este año con miras a celebrar acuerdos comerciales con países como Estados Unidos, México y Perú.
En opinión del presidente del Ceal, Brasil “ha avanzado más en seis meses que en los últimos cuatro años” en términos de negociaciones comerciales.
En especial valoró que el país suramericano esté abordando con Estados Unidos cuestiones al margen de los aranceles, como normas técnicas y la facilitación de negocios.
El acuerdo del Pacífico también podría tener repercusiones colaterales que podrían “favorecer” a los países latinoamericanos que no son signatarios, según Plöger.
El empresario ejemplificó el caso de Japón, que siempre fue “muy cerrado” a las importaciones agropecuarias y con el TPP abrirá las puertas a productos agrícolas de Estados Unidos que siguen reglas fitosanitarias parecidas a las de Brasil, lo que podría favorecer a este país.