Varios activistas rusos, el papa Francisco, el médico congoleño Denis Mukwege y el sacerdote católico Abba Mussie Zerai son algunos de los principales aspirantes al Nobel de la Paz de este año, que se falla mañana en Oslo.
EFE
Las casas de apuestas apuntan también con fuerza en las últimas horas a la canciller alemana, Angela Merkel, por su papel en la crisis de los refugiados en Europa, al igual que Zerai, fundador y presidente de la Agenzia Habeshia, que lucha por los derechos de los emigrantes que llegan en botes a Italia.
La actualidad del asunto de los refugiados podría reforzar también las opciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que ya ganó el premio en 1954 y 1981 entonces como Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados; y de la alcaldesa de la isla de Lampedusa, Giusi Nicolini.
Entre los aspirantes a suceder a la paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi, premiados por su lucha por los derechos de los niños, se menciona también al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y al líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Timoleón Jiménez.
La firma de un acuerdo nuclear entre EE. UU. e Irán avalaría a sus ministros de Exteriores, John Kerry y Mohammad Javad Zarif, respectivamente, según algunos expertos, que apuntan también a dos movimientos antinucleares, la Asociación Artículo 9 y Abolición 2000.
Entre los aspirantes rusos destacan el periódico “Nóvaya Gazeta”, Svetlana Gánushkina, fundadora de la organización Memorial; Ludmila Alexeeva, ganadora del premio Václav Havel de Derechos Humanos 2015; la abogada chechena Lidia Yusúpova y Pável Chíkov, de la ONG Agora.
Estos dos últimos y otros aspirantes como el Centro de Derechos Humanos de Baréin o el obispo mexicano José Raúl Vera López, tienen a su favor haber obtenido el premio de derechos humanos de la fundación noruega Rafto, otorgado este año al hondureño Ismael Moreno Coto, conocido como padre Melo.
Ganadores del Rafto como la birmana Aung San Suu Kyi; el expresidente de Timor Oriental José Ramos Horta, el coreano Kim Dae-Jung y la abogada iraní Shirin Ebadi fueron premiados años después con el Nobel de la Paz.
La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), las ONG Irak Body Count y Transparencia Internacional, los activistas saudíes Abu al Khair y Raif Badawi, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el exanalista de la CIA Eric Snowden y el soldado transexual Chelsea Manning suenan también en Oslo.
La presencia en la lista de candidatos -que pueden ser nominados por catedráticos universitarios de Derecho o Ciencias Políticas, parlamentarios o antiguos laureados de todo el mundo- sólo se puede conocer si quienes los han propuesto lo hacen público.
Así pasa con la brigada cubana para desastres y epidemias “Henry Reeve”, avalada por la Conferencia Anual de Sindicalistas noruegos.
El Comité Nobel no difunde la lista hasta pasados 50 años y lo único que confirma ahora es el número de candidatos, que este año ha alcanzado la cifra de 276.
La elección de este año será el estreno de la nueva presidenta del comité, la exlíder conservadora Kaci Kullmann Five, elegida en marzo en sustitución del ex primer ministro Thorbjørn Jagland, bajo cuyo mandato hubo designaciones polémicas como las de el presidente de EE. UU., Barack Obama; la Unión Europea (UE) y el activista chino Liu Xiaobo.
Los cinco miembros de este organismo son nombrados por un período de seis años por el Parlamento de Noruega, según la correlación de fuerzas entre las formaciones políticas.
Las salida de Jagland ha estado rodeada de alusiones a que podría ser un gesto para agradar a Pekín, que tras el Nobel a Liu redujo al mínimo sus relaciones comerciales y políticas con Noruega.
Y su figura ha resultado dañada por los ataques del antiguo secretario del comité, Geir Lundestad, en cuyas recientes memorias ha cuestionado su capacidad y su falta de estilo y lo ha acusado de excederse en sus insinuaciones a la prensa sobre posibles ganadores.
En una polémica que ha recibido gran atención en Noruega el comité contraatacó atacando a Lundestad por violar supuestamente la cláusula de confidencialidad por revelar datos de sus reuniones y Jagland calificó los ataques a su persona de injurias y mentiras.
El Nobel de la Paz es el único que se otorga y se entrega fuera de Estocolmo, por decisión del creador de los premios, el magnate sueco Alfred Nobel, ya que en su época Noruega formaba parte del Reino de Suecia. EFE