El aeropuerto de Bogotá se transforma en la pasarela de moda más creativa

El aeropuerto de Bogotá se transforma en la pasarela de moda más creativa

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El aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá se ha transformado en estos días en una pasarela improvisada en la que nadie rehuye pararse para apreciar algunos de los desfiles improvisados que hacen parte de la semana de la moda de la capital colombiana. Carlos Meneses Sánchez/ EFE

Funcionarios de Migración Colombia, turistas que van y vienen, todos se arremolinan alrededor de los modelos que se pasean por El Dorado, el primer aeropuerto en carga de Latinoamérica y el tercero en volumen de pasajeros, en el marco de la Bogotá Fashion Week (BFW) que concluirá este sábado.





Poner en marcha las decenas de desfiles en un espacio tan neurálgico como el aeropuerto de una capital ha sido un proceso que se ha gestado desde hace nueve meses con el respaldo de entidades oficiales de la ciudad como “Invest in Bogotá”, la Federación Nacional de Comerciantes Colombianos y el Instituto Distrital de Turismo.

El gerente de Opain, concesionaria que opera, administra y desarrolla comercialmente el aeropuerto, Andrés Ortega, destacó a Efe el gran esfuerzo que han tenido que realizar para materializar este evento que comenzó el lunes, pues la seguridad se ha tenido que reforzar en una operación logística complicada.

“A medida que fue transcurriendo el proyecto nos dimos cuenta de que el aeropuerto tenía que ser mucho más robusto en seguridad, en acceso, temas de evacuación, en el diálogo con las instituciones del distrito de Bogotá, pero yo creo que lo logramos”, comentó.

En los pasillos de la terminal de salidas, el diseñador Felipe Santamaría expuso hoy su colección inspirada en las plazas de mercado sudamericanas en lo que fue una oda a la tradición cultural que aún persiste en el continente y que contó con el acompañamiento de una pequeña formación de la Orquesta Filarmónica Juvenil de la Cámara de Bogotá.

Santamaría calificó como “increíble” poder presentar sus piezas en este espacio tan internacional porque “se presta para que la gente que no tiene acceso a las pasarelas de moda de repente conozca un poco lo que es esta industria tan ‘chévere'”.

El traqueteo frenético de las maletas se detiene por un momento para observar los tejidos de punto de Santamaría; así hizo Marcelo de León, natural de Córdoba (Argentina), que ha estado unos días en el municipio de Zipaquirá, a una hora y media del aeropuerto, y que ahora viaja a la ciudad de Cali (suroeste) por motivos de trabajo.

“Esto es la primera vez que lo veo y la verdad que me llama mucho la atención tener este tipo de espectáculos aquí en un aeropuerto. No me había imaginado nunca algo así”, confiesa a Efe y añade que, aunque no es un “fanático de la moda”, no ha dudado en pararse.

Tras Santamaría, tomó el testigo el diseñador de joyas, Sebastián Jaramillo, cuya representación artística contó con la colaboración de los “equipajeros”, quienes en esta ocasión no llevaron en su carritos las maletas de los turistas, sino más de una decena de modelos con el torso descubierto, un miriñaque blanco en la parte inferior y, en uno de los brazos, papel dorado.

Sobre los rostros de los modelos, una máscara que combinaba piezas de Lego con diamantes y perlas; sobre sus cabezas, unos paraguas blancos en “un desorden caótico”, como señaló a Efe Jaramillo.

El Dorado atendió en el 2014 más de 27 millones de pasajeros y movilizó más de 600 millones de toneladas de carga con un crecimiento sostenido del 13,5 % en los últimos años, según datos de Opain.

Los pasajeros tendrán que llegar antes al aeropuerto para no perder su vuelo ya que, esta semana, no es difícil distraerse con el color, los diseños y la extravagancia que caminan por sus corredores. EFE