El FMI y el Banco Mundial prometieron el viernes incrementar su financiamiento para reducir el impacto del cambio climático, yendo en pos de la meta de 100.000 millones de dólares por año que las naciones ricas prometieron transferir a países en desarrollo para 2020.
AP
Las promesas fueron realizadas en momentos en que ministros de finanzas se reúnen en Lima cuando faltan menos de dos meses para una conferencia climática en París considerada crucial si es que realmente se quiere detener el calentamiento global.
“Éste es un resultado positivo y pienso que podemos decir con cierta certeza que alcanzaremos el compromiso de 100.000 millones de dólares” hecho en las negociaciones climáticas de 2009 en Copenhague, dijo a reporteros el canciller francés Laurent Fabius.
“Es el comienzo de lo que se necesita, porque si la comunidad internacional no se arremanga la camisa y se pone a trabajar, esta cosa simplemente es demasiado grande para nosotros”, dijo Rachel Kyte, vicepresidenta del Banco Mundial para el cambio climático.
Tan solo para el BM, eso significará incrementar un tercio el financiamiento para el clima, poniendo potencialmente a disposición 29.000 millones de dólares anuales adicionales para 2020.
Bancos multilaterales de desarrollo más pequeños asiáticos, europeos y africanos prometieron en esencia duplicar su préstamo, dijeron funcionarios de finanzas de Francia. El Banco Africano de Desarrollo indicó que triplicaría su financiamiento dedicado al clima a casi 5.000 millones de dólares anuales para 2020.
Alemania, Francia, Holanda, Estados Unidos, Suecia y Gran Bretaña, entre otros países, han anunciado recientemente aumentos al financiamiento para el clima.
Un informe emitido esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico calculó que se gastaron 62.000 millones de dólares el año pasado, arriba de los 52.000 millones del año previo. Bancos multilaterales de desarrollo representan aproximadamente 40% del total.
El grupo caritativo Oxfam calcula que sólo alrededor de 16% del total —o 2.000 millones de dólares— es invertido directamente en ayudar a los países pobres más golpeados por el calentamiento global a enfrentar el calor extremo que ya está ocasionando.
“Los países más pobres siguen siendo defraudados”, dijo Isabel Kreisler, experta en política climática de Oxfam. La mayor parte del dinero es canalizado a inversiones en energía renovable para reducir la quema de combustibles fósiles que ocasionan el calentamiento global.
Los ministros de finanzas de las 20 naciones más vulnerables al impacto del cambio climático realizaron su reunión anual en Lima y exhortaron a los países desarrollados a aumentar en 50% el financiamiento para adaptación, lo que incluye todo, desde construir muros de contención al mar y autopistas más resistentes al calor, a reubicar comunidades de tierras bajas donde los niveles del mar están subiendo.
Las naciones incluidas son Filipinas, Bangladesh, Costa Rica y países insulares donde viven casi 700 millones de personas.
Los ministros propusieron además un impuesto de transacción financiera internacional para recaudar más dinero para combatir el cambio climático, y dijeron que crearían un mecanismo de seguro de riesgo climático para “mejorar la recuperación de eventos y desastres inducidos por clima extremo”.